Canelo

La foto más bonita

N O lo voy a negar. Estoy muy contento. Sobre todo por la gente. Son días de fotos (miles), abrazos, todo el mundo te quiere, etc. Y yo siempre pienso lo mismo : la gente que me quiere de verdad ya me lo demostró el año pasado. De este torbellino de imágenes, abrazos y azúcar, sólo me preocupa una cosa : que el año que viene es par. Pero, esto es así. Así se hicieron los mejores grupos, permaneciendo juntos en la salud y en la enfermedad, en la final y en el cajonazo. Y parece que lo de los años pares e impares ya es definitivo. El año que viene sacaré una gran paranoia por lo menos que me divierta mucho. Sólo quiero compartir con vosotros una imagen. Ha sido la más bonita que he visto este año y que me ha llenado de orgullo. La imagen tiene dos protagonistas, un padre y un hijo. Ese hijo hoy sale con nosotros punteando. Nos costó mucho trabajo convencerlo. Porque es un tío con palabra y se la había dado a sus colegas de la comparsa. Nos echó un cable con su guitarra en verano y fue viendo como nuestra chirigota por dentro. Se lo pasó como un mono con los Pulpos Pol este verano. Le fuimos metiendo el veneno entre todos, porque todos estábamos deseando que entrara. Poco a poco fue compartiendo la locura colectiva de un puñado de personajes. Y a nosotros más nos gustó que estuviera con nosotros, sudando las bolas del oeste del popurrí de los taxistas y disfrutando en esos momentos de papeleta gorda donde un tío de Navarra no entiende una cuarteta totalmente local como es lógico. Tuvimos la suerte de que su padre lo convenciera a dar el paso, era temprano aun. Manolo lo habló con sus colegas y se vino. Y a nosotros nos encantó el fichaje porque ya veíamos como era. Y nos llenó el local de la Viña. Un tío que al tercer día de su nacimiento ya estaba en Paraíso. No podía ser de otro modo. El niño de Manolo que cantaba Tino, tenía por músico a ese Tino que le cantaba. Es el benjamín del grupo y parece que lleva saliendo 40 años. El abrazo de un padre y un hijo, detrás del escenario, compartiendo un apellido de chirigotero muy grande, nos conmovió a todos. Y yo me sentí muy orgulloso, y Rubén, y Juan, Paco, Dani, … El higo de Manolo es dulce. No es un higo "chungo" aunque lleve púas. Y yo me cobré la foto. Celebramos el pase a la final cantando coplas de las que me gustan en medio de la calle con Manolo, Quique Mayones, el Noly... Quien me conoce sabe cómo me sentí en aquel momento. Estaba tocando Cádiz.

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