Con menos malage

La fidelidad

DENTRO del campo de la iconografía, la fidelidad ha sido representada, en todas las épocas, a través de símbolos como un sello, una llave, dos manos estrechadas o una paloma. En la disciplina (gaditana) del tango, la fidelidad se demuestra cuando una música se ajusta a los cánones de la métrica y el buen compás.

En la faceta humana también tenemos ejemplos de fidelidad que ahora mismo son modelos para otros grupos, porque en el caso de tándem de autores hay quienes duran tres meses y hay quienes llevan desde el noventa y dos. Pero en el caso de compontes tenemos a Juan Lucena, Antonio Gijón (Willy) y Juan Luis Fernández (Juanlu) que llevan no sé cuantos años al lado de Julio Pardo, con coros buenos y con coros menos buenos, con tormentas y primaveras. Pero una noche de ensayo tras otra, con febrerillos y noviembres de chaparrones, y un fin de semana si y el otro también. Una actuación y otra. Un año y otro, y ahí siguen los tíos fieles a su amistad y a su fidelidad a quien en su día les grabó el nombre de Julio en sus corazones. Los admiro.

Yo en eso no me puedo quejar. Tengo conmigo a esos que llegaron con 'Los últimos…', que fueron los primeros y serán los últimos. Antonio de Carlo, Francisco Oliva y Francisco Olmedo. Ellos mantienen viva la esencia y la llama de la ilusión desde 1998. Ellos me dicen las cosas a tiempo y nunca me impusieron nada. Llegan a su hora, abren el local y lo cierran, y además lo limpian sin ensuciarlo. Junto a Pedrosa son los que más trabajan del coro, en facetas diferentes pero siempre preocupados para que su coro esté acomodado y feliz. Siempre en la oscuridad que da el anonimato pero que ya, por años y por trabajo conocen en todo Cádiz. Ellos mantienen mi sueño de seguir haciendo Tangos. Gracias.

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