Polémica Cinco euros al turismo por entrar en Venecia: una tasa muy alejada de la situación actual en Cádiz

Pito de coña

El criterio

No es nada extraño, y tal vez se repita, que al gaditano lo guíe la pasión. Pues sí, la pasión carnavalesca es la que suele guiar a los aficionados cuando valoran la actuación de una agrupación en el concurso del Falla. Una pasión que se encamina, en primer lugar, a destacar al grupo preferido. En este caso, la pasión ciega e impide en muchas ocasiones descubrir defectos en la comparsa o chirigota favorita. A veces, como suele ocurrir en el fútbol, la valoración roza el fanatismo y entonces cuesta horrores reconocer que mi agrupación no es la mejor.

Pero, quizás, uno de los fallos en que más suelen caer los aficionados al carnaval, querencias al margen, es el de comparar a una agrupación con lo ofrecido en años anteriores. No es extraño escuchar que tal comparsa o tal chirigota está peor que el año pasado o mejor que en otras ediciones del COAC. Este termómetro del aficionado puede ser correcto e incluso acertado, pero no es el que debe marcar la temperatura final del certamen, la que sirva para calibrar un pase a la final, un cajonazo o un premio. Es obvio que una agrupación no puede competir contra su pasado, sino que debe concursar con el resto de grupos que integran su modalidad.

Es decir, que una agrupación puede estar este año peor que en el certamen de 2016 pero ser mejor que el resto de grupos en el certamen actual. Por eso, para juzgar un premio es necesario escuchar todos los repertorios y compararlos entre ellos. Por eso el jurado, con todas sus posibilidades de error, está capacitado para tomar esa decisión. Y por eso también quien ejerce la crítica periodística en el concurso también está capacitado para hacerlo. Igual que el aficionado capaz de aparcar su fanatismo para utilizar un criterio alejado de filias o fobias.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios