Con nubarrones amenazando los tangos en el telón de La Caleta se celebró anoche el tradicional Carrusel de la Viña, cita obligada para muchos coros pero que aunque en los últimos años está viviendo una disminución de público ayer el personal no dudó en echarse a la calle.

La Palma fue un año más la principal vía señera del barrio donde más personas se concentraron para seguir el paso de las bateas en el carrusel .

El resto, sobre todo el denominado recorrido B, el que transcurre por la calle Pericón de Cádiz, suele presentar cada año menor presencia de público que en La palma, al igual que en la calle Rosa, aunque cuando los grupos alcanzan la zona del Corralón y el colegio de La Salle la cosa empieza a animarse y la temperatura va en aumento cuando ya se meten en Cristo de la Misericordia para enfilar La Palma.

Por el recorrido A, el que precisamente salió del Hospital de Mora, tenían programada su andadura 'El coro del futuro', 'El supercoro', 'La estudiantina', 'Tirabuzones', 'La bien nacida', 'Piratas del Cadibe' y 'Los pabellones', que al cierre de esta edición, y siempre con la amenaza de lluvia y los chubasqueros preparados, interpretaban parte de sus repertorios subidos en sus bateas.

En el recorrido B hacían lo propio el coro de Puerto Real 'El trocadero', 'La reserva', 'La musigadité', 'La jarca de Manué', 'Killo ten Karma', 'Cuando yo me pele' y 'Los que mueren por la pipa...'.

Algunos coros comenzaron un poco más tarde su participación en el carrusel viñero por estar cantando en otros actos carnavalescos de la ciudad, algo habitual en las agrupaciones que se ven envueltas en numerosos compromisos que han de cumplir. Eso sí, con las nubes presidiendo una noche donde el peso de la tradición fija la mirada en La Viña.