Carnaval

Una cabalgata que se mira en el espejo para verse guapa

  • El habitual desorden del desfile de las agrupaciones deja paso a un cortejo con luces y sombras y donde destacan algunos grupos de figurantes

La cabalgata magna del Carnaval de Cádiz hace honor a esa anarquía que tanto se reclama para la fiesta más golfa. Un año más su arranque es disparatado, impropio.

Es cierto que mejoró adecuadamente cuando comenzaron a llegar los grupos figurantes y las carrozas, pero el desfile de agrupaciones sigue pareciendo cualquier cosa menos eso, un desfile. Entre otras cosas porque, como siempre, las agrupaciones marchan mezcladas, con un componente por aquí y otro por allá, o porque entre grupo y grupo había huecos de minutos y minutos sin que pasara nadie, en una especie de páramo del espectáculo. No es cuestión de ponerse exigente, aunque cada silla para presenciar la cabalgata cueste siete euros, sino que debe haber un mínimo de control para dotar al desfile de cordura. Sólo la simpatía de personajes como el Love, que iba acercándose a las sillas de uno y otro lado para hacerse fotos e intercalar frases ocurrentes. "Ha ganado el Cádiz, casualidades de la vida..."; o los bailecitos del Popo, el PoJohn Travolta de 'Los de gris', que se ha convertido por méritos propios en el personaje más importante del Carnaval 2013, levantaron los aplausos de los espectadores, que además apenas si podían mover las manos porque las tenían heladas por el frío reinante. Seis grados marcaba un termómetro en la plaza de San José a eso de las 7 de la tarde, cuando trotaron por delante de la iglesia los seis caballos de la Policía Nacional que abría el cortejo. Quizá sería conveniente incluso adelantar el horario de comienzo, aunque eso ya es harina de otro costal.

 

El caso es que hasta media hora después no hizo su aparición el camión de Cruzcampo con música para animar, para indicar que ahora sí que arrancaba la denominada cabalgata magna. Un grupo de majorettes que desafiaban al ambiente gélido realizaba sus bailes como preámbulo de los sempiternos gigantes y cabezudos, a algunos de los cuales me dan ganas hasta de abrazarlos al verlos, porque los conozco desde chiquitito. El de la chaqueta verde y la chistera tiene más carnavales encima que Antonio Martín. 45 años io, y no hay forma de renovarlo.

 

La primera de las carrozas estuvo ocupada por el pregonero infantil, Mario Garrido Gómez,  acompañado por la Diosa Infantil, Ana Domínguez Franco, y sus ninfas. La carroza, coronada por el torreón de las Puertas de Tierra, fue una de las más bonitas. Eran las 19:32 minutos cuando esta primera carroza de la cabalgata pasó por San José. 

 

El resto de carrozas, de una correcta confección aunque quizá menos espectaculares en sus dimensiones que en años anteriores, sobre todo menores que en 2012, se rindió homenaje a otros carnavales del mundo, como el de Montevideo, Venecia o Nueva Orleans. 

 

Entre los grupos de figurantes que se intercalaban entre las carrozas destacaron el que representaba un dirigible romántico de finales del XIX, con un aventurero aviador que por momentos recordó al versonauta Drexler en su pregón en San Antonio. También desfiló un gran caballo blanco de nombre Real y al que montaba una amazona rubia con cierto aire a Daenerys Targaryen, la rubia protagonista de Juego de Tronos, y que se hacía acompañar por elfos con forma de árboles, parecidos a los ents de El señor de los anillos que inspiraron a Ángel Subiela y Tino Tovar para su comparsa 'Las estaciones'. También sobresalió un grupo de naves espaciales que dio paso a la carroza ocupada por Jorge Drexler, que disfrutó también de esta parte de la fiesta y que recibió gritos cariñosos de "pregonero, pregonero..." en algunas partes del recorrido.

 

En la carroza de Momo se pudo ver a Ana López Segovia, la chirigótica que encarnará al Dios que arderá en San Antonio el próximo martes. 

 

Como nota exótica, antes del epílogo habitual, unos domadores acercaban a un tigre y a un elefante a los espectadores. Un tigre curiosón de poca edad que asustó a más de uno.

 

Y para finalizar, una carroza con aires muy gaditanos, con el Falla y un pasodoble de la comparsa de Martínez Ares 'Sonrisillas' encabezándola. "Cádiz, la de alma de niña, Cádiz del barrio la Viña, cangrejos moros...". En ella recorrieron la avenida principal la Diosa, Eva María Juliá Bancalero, y sus ninfas. 

 

A las 20 horas terminó de pasar el cortejo. Es decir, que lo que fue la cabalgata magna apenas duró media hora en hacer su recorrido. Sobre las ocho y media de la tarde la cabeza de la cabalgata ya tocaba las Puertas de Tierra, donde había un dispositivo de seguridad para impedir que los transeúntes pudieran subir por la Cuesta de las Calesas y enturbiar el cortejo, un cortejo que dejó un sabor agridulce, con algunas novedades destacables pero fallos que se repiten año tras año.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios