L Fauna carnavalesca

El animalario del Falla

  • Los animales 'de verdad' han protagonizado en el Concurso de Agrupaciones momentos entrañables y un buen puñado de divertidas anécdotas recordadas con cariño por los carnavaleros que las vivieron

La aparición en el escenario de un perro-guía junto a un bandurria invidente en el coro 'La caja de los sueños', en la noche del lunes, se añade a otros entrañables momentos protagonizados por animales, principalmente cuadrúpedos, en la historia del Concurso del Falla. Además de lo llamativo que resulta meter un animal en el escenario, en el certamen del coliseo gaditano se han producido muchas anécdotas, algunas de las cuales relatamos en este particular animalario carnavalesco.

cabras y gallos

La comparsa 'Hombres azules' adquirió tres cabras en la Venta Agustín, en Chiclana, "cuando apenas era una choza con cañas", recuerda Joaquín Quiñones, autor de la agrupación. A 3.000 pesetas cada una. "Las trajimos en una furgoneta y estuvieron luego una semana, antes del debut en el Falla, en la trastienda del Bar Trinidad. No veas la peste que dejaron las cabras allí. El dueño del bar es que se había comprometido, que si lo sabe antes no nos las guarda", recuerda el autor. Polito, un postulante que entonces llevaba la comparsa, tiraba de ellas para poder llegar al Teatro en el pasacalles. "Por Diego Arias, camino del Falla, no había manera de que andaran", explica Quiñones. Al menos en el escenario "se portaron bien y no defecaron", comenta el coplero entre risas. Las cabras se las quedó el del bar Trinidad en contraprestación a la peste que dejaron en el bar. "Supongo que las mataría y haría tapas con ellas", dice.

No fue la única experiencia de Quiñones con el reino animal en el Concurso. Cuatro años antes de los beduinos del desierto sacó 'Gallos de pelea'. En la presentación se escenificó un reñiero y se batieron en duelo dos gallos alquilados en San Fernando. "Si la presentación dura dos minutos más se matan", asegura. La anécdota se vivió en los camerinos. Los gallos venían encerrados en cestas de mimbre y sólo dejaban ver sus colas y crestas. Los antiguos camerinos del Falla tenían espejos que ocupaban toda la pared. "A alguien se le ocurrió soltar a uno de los gallos y cuando se vieron en el espejo, creyendo que era un enemigo lo que tenían enfrente. El gallo comenzó a embestir al cristal, a dar picotazos como una fiera…. Nos costó la misma vida meterlo de nuevo en la cesta", evoca Quiñones.

burra de 'agua clara'

La burra Teresa pasa por ser uno de los más afamados animales del mundo del Carnaval. Su aparición en la comparsa 'Agua Clara' llenó de ternura el escenario del Falla, siendo testigo de las actuaciones de una comparsa mítica. Antonio Martín recuerda con cariño que la burra, adquirida en Medina Sidonia, sorprendió a la agrupación con un comportamiento impecable. "El hombre que nos la vendió nos advirtió que era una burra 'agüera pura', que quería decir que tenía mucha intuición, que no había que decirle por donde tenía que ir. No hizo falta ni siquiera tirar de ella. Hacía el pasacalles delante de la comparsa y nos miraba de reojo", recuerda Martín. El animal parecía entender lo que el director decía. "Cuando llegamos al hospital San Rafael escuchó 'vamos a dar la vuelta al Falla', y del tirón dobló. Luego, se paró ante la puerta de atrás del Teatro para que entrara la comparsa". Teresa, así bautizada por la comparsa, permaneció impasible en el escenario. "Le clavaron las riendas en las tablas para que no se moviera, pero no hubiera hecho falta porque la borrica era para comérsela de dócil. Reconozco que tenía miedo a que hiciera alguna trastada en escena y nos arruinara la actuación, pero no sé porqué me fiaba de ese hombre mayor que nos la vendió", admite el autor. Acabado el Concurso, Teresa fue a parar a manos de un amo de Medina "al que le hacía falta para el campo, se la regalamos porque no queríamos hacer negocio con ella".

el bati y su rocín

Chirigota 'Don Quijote Concervantes y Colorantes', de los Carapapa. Año 2003. Pepe El Sopa, en el papel de Sancho Panza, monta un burro, llamado 'Carmelo'. Fernando Casas 'El Bati', de Quijote, un caballo de nombre 'Triana'. La historia de ambos animales tiene su miga. Procedían de Algeciras y fueron conseguidos gracias a una gestión de Antonio González, componente de la chirigota. En el campo de Miguel, el bombista, en Puerto Real estuvieron 'alojados' durante el Concurso. El Bati cuenta que para que jamelgo y asno se acostumbraran a la caja, el bombo y las voces tuvieron que ensayar en plena noche de enero en el campo a la intemperie. "Fíjate qué frío hacía y yo encima del caballo", dice el carnavalero, este año en dique seco. Una noche, el burro se escapó de su habitáculo "y se comió todo el sembrado". Antes de actuar, 'Carmelo' y 'Triana' eran conducidos al patio de la iglesia castrense, junto al Falla. Una vez en el escenario, el caballo fue colocado en una tarima especial para que las patas del equino no dañaran las míticas tablas del Falla. "Además, delante del caballo echamos un montón de tierra por si el caballo se orinaba, para que la orina no cayera al foso de los periodistas", recuerda El Bati. 'Triana' actuó en preliminares y semifinales sedado por un veterinario, pero en la final se olvidaron de suministrarle la dosis "y el caballo estuvo muy nervioso. En el pasacalles hasta el Teatro daba tirones y la verdad es que yo me temía lo peor. Al final no fue para tanto".

caballo de 30 'kilos'

'Zamorano' se llamaba el caballo que puso en escena el coro 'La leyenda' en el año 2000. Fue cedido por la Real Escuela de Arte Ecuestre de Jerez gracias a una gestión de la Diputación. Uno de los autores del coro, Paco Martínez Mora, explica que el corcel tenía entonces un valor mayor a 30 millones de pesetas. Con un suelo especial de goma se consiguió que el caballo y su adiestradora hicieran una prueba en el Falla para que el animal se familiarizara con el sitio. "En las tres actuaciones venía el caballo con mozo de cuadras, veterinario, chófer... era un crack", señala Martínez Mora. El presidente de los coristas no olvida la expectación que causó la presencia de 'Zamorano' en el Teatro. "Los componentes de otras agrupaciones se hacían fotos con él. Era un espectáculo".

otros 'bichos'

El Concurso del Falla tiene más historias sobre animales. Muy recordada es la anécdota del borrico que sacó 'El Carota' en 'Los últimos de Pernambuco'. Antes de salir a escena, un gracioso dio a oler al animal un trapo impregnado en orina de burra, provocándole una espectacular erección. El Carota y su gente intentaron, sin éxito, bajarle la temperatura con una lata de mortadela llena de agua. Finalmente, y según contaba en su anecdotario Agustín González 'Chimenea', El Carota se vio obligado a salir a escena montado en un patín.

Otros animales 'falleros' fueron la oveja de la chirigota 'Villancicos pop-ulares' o el burro de la comparsa 'Arena y grava'.

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