No se puede contemplar esta iniciativa del 19 de marzo sin mirar atrás y valorar lo que el gaditano José Luis Jiménez 'Luiti' hizo para acercar el Carnaval de su tierra a Barcelona y viceversa. Precisamente Luiti, que lleva 52 años viviendo en la Ciudad Condal, fue homenajeado hace menos de un mes por Andacat, la Fundación que organiza el espectáculo del Liceo, por ser el ideólogo e impulsor, junto a Manolo Vázquez, de que en 2003 se celebrase allí el I Festival de Chirigotas en Catalunya, que contó con el soporte de la Federación de Entidades Culturales Andaluzas en Catalunya, celebrándose en el teatro de 'l'Aliança del Poblenou' y actuando como agrupación invitada la chirigota del Love 'Qué malito estoy y qué poquito me quejo'. Recuerda Andacat que en 2004 se dio un salto cuantitativo y 3.000 personas llenaron el Palacio de Deportes de Montjuic para presenciar la actuación de la chirigota de los Carapapa 'Los Pavos Reales, una especie en extinción'.

Ayer, Luiti, desde su domicilio en el centro de Barcelona y justo después de ver en la tele el Mallorca-Cádiz (son socios cadistas él y su mujer), calificaba este espectáculo del Liceo como un "pelotazo" porque el teatro "siempre se ha visto aquí como un sitio para artistas de gran nivel". El gaditano manifestaba que en tierras catalanas "hay una enorme afición al Carnaval, y no sólo entre andaluces o hijos de inmigrantes andaluces, y llegará el día que se organice un concurso propio". El 19 de marzo dice que sentirá "algo especial". Acudirá, por supuesto, invitado por la organización.

Estamos hablando de alguien que emigró a Cataluña para jugar al fútbol y luego se quedó para siempre en Barcelona. Se jubiló a los 55 años después de trabajar mucho tiempo pintando barcos y yates, con periodo incluido en Mallorca. Llegó a dejar el trabajo por tres años para enrolarse en 'Los ye-yés gaditanos', que cantaron en Barcelona e invitaron a Luiti a unirse a ellos. Al Falla vino dos años seguidos con sendas comparsas, 'Los añorantes de su Cai' en 1971 y 'Los peregrinos' en 1972. Y se hizo un imprescindible de la cantera cuando logró traer entre 1990 y 1996 a la comparsa de las niñas de Barcelona, primero en infantiles y después en juveniles.