AVISO a navegantes: ojito que estamos en crisis. Puede usted pasearse de arriba a abajo en centros comerciales y tiendas de guardar quemando la tarjeta, o en su defecto tirando de billetera para comprar ese regalito cursi e innecesario que obliga la fiesta que conmemora el nacimiento del Señó a golpe de consumismo. Haga usted cola delante de la sufrida cajera, que nadie le echará en cara su inmoralidad, su derroche monetario en tiempos de crisis. Porque si el dinero se gasta en regalos navideños, aquí paz y después gloria. Pero no se le ocurra comprar una entrada para el Falla, aunque tenga que hacer cola por culpa de un sistema de venta de entradas tercermundista. Haga usted con su parné lo que le venga en gana, menos sacar entradas para el Teatro. Parece mentira que corriendo los tiempos que corren, tenga usted la mala conciencia y la poquísima vergüenza de gastarse 12 euros en una entrada de gallinero. Porque si se gasta esa fortuna, entonces será el culpable de la ausencia de barcos en Astilleros, del paro miserable en la capital y en la provincia, del aumento de IVA, del ruinaso del Cádiz, de la cera que se queda incrustada en la calle Ancha en Semana Santa, del banquillazo de Casillas, del traje de chaqueta de la Merkel, y del asesinato de Kennedy. Y por supuesto, lo tacharán de flojo y maleante, ya que guarda cola para una entrada, en lugar de guardarla para buscar trabajo. Aunque nadie sepa donde están esas imaginarias colas donde con ponerse un rato le dan trabajo. Lo dicho, que si guarda cola para comprar el niqui que nunca se pondrá el receptor del regalo no pasa nada. Pero si guarda usted cola para el Falla, es usted un imprudente y un sinvergüenza en estos tiempos que corren. O al menos, eso me decía uno que yo conozco los otros días.