Letra y música. Rafael Pastrana Guillén Dirección.  José Manuel Pedrosa. El Tipo. Murgueros de Santa Cruz de Tenerife y gaditanos chirigoteros. Las Coplas. Una murga. Pero no de Uruguay. De Santa Cruz de Tenerife. Conmemoración histórica. La llegada de las coplas a la isla en un barquito, ¿desde dónde?... ¡Cai! Sorprenden con la idea y con una presentación nada al u so donde explican la procedencia de las agrupaciones de la región del Teide al ritmo de murga, primero, y de chirigota, al final. Apenas unos compases de la isla para introducir la falseta  clásica del tanguillo gaditano. Eso sí, las voces , limpísimas en todo el repertorio, entran en tres escalas. En la primera letra defiende el tango de Cádiz pero con toquetazo para, al parecer, La Viña: Aunque “haya una peña que defiende su compás”, su tanguillo “es de Cádiz, nada más”. En esta defensa a ultranza de su tango hay un hueco para el autohomenaje con los nombres de varios de sus coros. “El guión de este tango no es del jefe, es del coro”. Un componente de la agrupación se adelanta para explicar que Fali Pastrana no tenía ni idea de esta letra “dictada por los sentidos” y por los “sentimientos”. Y así sonaron sentidos versos a ese “gallo” que el pasado año no pudo “pelear” ni en las tablas ni en la calle porque estaba librando su propia batalla, otra “difícil de pronunciar”. Aplauso para esos “gallos que pelean a diario como mi amigo, que es un gallo de verdad”. Cuplé, regulero, a su prima a la que le van los juguetes sexuales (“¡qué vicio muyayo!”) y, mucho mejor, a los deportes de riesgo, aunque “riesgo tiene que suba el telón y un cuarteto cante antes que la comparsa del Aragón”. Aparición estelar de los cuarteteros. Estribillo simpático.  Popurrí muy distraído con sones de aquí y de allí. Y su piropo a la gaditana y a la santacruceña.