Doña Cuaresma

Si Cádiz fuera Cádiz

Hoy sería un día grande. Si Cádiz hubiera seguido siendo Cádiz, hoy sería un día inolvidable.

Día de fiesta local. No hace falta levantarse temprano ya que no hay que cumplir con los preceptos religiosos. Cuando el cuerpo lo pida, de pie y unos churritos en la plaza. A continuación un paseo por una ciudad limpia y aseada, con las calles oliendo a gloria y preparando el cuerpo para la fiesta.

Al mediodía, si Cádiz fuera Cádiz, marcharía hasta mi caseta. Saludaría amablemente al guardia de seguridad y le diría que únicamente dejara pasar a las personas bien vestidas y arregladas. Que tuviera cuidado con los pestazos fuertes a colonias cursilonas; se trata indudablemente de comparsistas camuflados y no les debe dejar paso.

Me sentaría cómodamente en una mesa y pediría cerveza en vaso de cristal y vino de Jerez en catavino. Unos platitos de jamón serrano y otros de caña de lomo. Sin empujones.

Seguiría con atención la actuación de los grupos. En mi caseta trabajarían 'Siempre así' y 'Los cantores de Híspalis', que animan mucho el cotarro.

Finalmente dejaría entrar en mi caseta a una comparsa, a cuyos cantantes obsequiaría con unos papelones de pescadilla frita y unos vasos grandes de Valdepeñas.

Pero como Cádiz ya no es Cádiz, sino un mojón grande, hoy me voy a Sevilla.

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