Guais, plais, mais

Soy de Cádiz que es genial

NO, no es lo mismo ponerte a escribir aquí tras saborear las mieles del triunfo tan sólo unas horas antes, que habiéndote quedado fuera de la final con tu agrupación. Ni siquiera el cansancio acumulado de un concurso interminable te rinde. Y mientras le das a la tecla vas recordando todo lo sucedido desde ese primer día en que nos reunimos para echar a andar este proyecto. Cosas buenas y cosas menos buenas. Pero por mucho que hayamos sufrido, en estos momentos sólo te invade la alegría del trabajo bien terminado. Ya tendremos tiempo para hacer balance si es que merece la pena. Ahora, por más que quieras, no puedes evitar por un momento pensar en los demás. En esos colegas que quedaron a las puertas. Y así, como un verdadero Tío de la Tiza, sin secretos recortaos, te quedas pensando que contigo aprendí a ser optimista y a decir ven acá, Khumbayá, a esta Cai milenaria para no ser un pelele catastróphico, que a mal tiempo buena cara por más que los embaucadores como gatos callejeros maúllen a los del piso de abajo lo siento picha no to el mundo puede ser de Cadi, mientras cantan las cigarras para seguir siendo polivalientes. Que los cabrones no lo son tanto aunque ustedes estáis fatá dándole a la cañonera mientras los de gris van cantando las verdades del banquero porque erasmus pocos y parió la abuela a los que están al pie del cañón como Robín del bosque y los demás de Ubrique, que el rey burlón los dio como válidos para terminar todos siendo geniales porque ya saben ustedes: no es que yo sea el genio de Cádiz, soy de Cádiz que es genial. Hasta el próximo domingo. Mientras tanto ríanse todo lo que puedan que llorar no vale la pena.

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