No ha habido pleno al once. Ninguna de las apuestas que en estos días formularon algunos protagonistas del Carnaval ha dado en el clavo. Hay quien se ha acercado más y quién ha estado bastante lejos pero, en general, las equivocaciones han ido por los mismos lares.

El coro ‘El maravilloso mundo de Cadilandia’ era uno de los aspirantes más votados en las quinielas, junto a dos que sí han conseguido estar presentes en la Gran Final, el de Julio Pardo y el de Zamora y Pastrana. Sin embargo, ‘Las que mueren por la pipa de la Paz…’ han contradicho las estadísticas y se han alzado con el tercer hueco.

En comparsas, ‘La mare que me parió’, de Antonio Martín, ha sido la encargada de romper quinielas, pasando a la final por encima de recurrentes apuestas como Voces o La factoría.

En chirigotas, donde la calidad de un gran número de agrupaciones hacía vacilar más frecuentemente a los apostantes, ‘Las muchachas del congelao’, pese a tener la confianza de algunos, ha sido la mayor sorpresa con su pase a la final. Por su lado, ‘Los mákina’, agrupación por la que se apostó en gran medida, ha quedado fuera de la gran cita del viernes.

Los únicos que acertaron el pleno en alguna categoría fueron el Love en los coros, Sergio-Blancanieves y Daniel Obregón en chirigota y Andrés Ramírez, el Sheriff y Carlos Meni en comparsa. En cuartetos sobra decir que sí hubo un acierto unificado, pero ha de tenerse en cuenta la evidencia de la apuesta.

Quedan latentes, en este pequeño espectro de apuestas, dos puntos relevantes del Concurso de este año. En primer lugar, que ha habido algún que otro cajonazo y, en segundo, que la calidad que se ha respirado sobre las tablas del Falla, una vez llegados a semifinales, hacía imposible una apuesta sobre seguro. Y es que, aunque sólo haya hueco para tres agrupaciones por modalidad en la final, este año ha habido para todos muchas más que hubieran merecido, y defendido magistralmente, su hueco en tan importante sesión.