Beniaján es una pedanía de Murcia, a seis kilómetros de la capital pimentonera. Desde allí partieron ayer a las siete menos cuarto de la mañana veinte entusiastas chirigoteros acompañados por el alcalde, Francisco Hernández. Llegaron a las cinco y media de la tarde a Cádiz y se dirigieron a la Hospedería las Cortes, donde se alojaron antes de partir hacia la calle La Palma, donde iban a montar su cuartel general. En el hotel con encanto se respiraba el ambiente de las grandes citas. 'Una chirigota de Cadi' iba a debutar en el Gran Teatro Falla. "Somos el Atlético Agujetas que venimos a jugar contra el Manchester United en Old Trafford, el Teatro de los Sueños". El director y letrista del grupo, Javier Sánchez, la clavó comparando al coliseo gaditano con el estadio de los diablos rojos en toda una declaración de intenciones de la "humildad" con la que llegaban al Concurso.

"Venimos a aprender, pero creemos que traemos algo muy similar a lo que se hace aquí. Queremos gustar, que sería lo máximo", comentaba Javier.

La aventura de formar una chirigota se gestó hace nueve años, cuando el ímpetu carnavalero de Javier Sánchez contagió a un grupo de amigos "que no tenía ni idea de lo que era el Carnaval. Éramos neófitos en el tema y hemos aprendido a tocar la caja, el bombo, las guitarras nosotros solos, en los ensayos, a base de equivocarnos". Sánchez descubrió el Carnaval de una manera paranormal. "Con cinco años, cuando el inicio de las parabólicas, en mi televisor se cogían canales en radio y video, y uno de ellos, de radio, era de Canal Sur. A mí me gustaba el soniquete y grababa el sonido en cintas Beta. Lo ponía en el televisor sin imágenes", relataba el director y autor.

"¿Cómo encaja la gente que vengamos desde Murcia?, ¿piensan qué pintamos aquí o les gusta que vengamos desde tan lejos?". A Javier le asaltaban las dudas antes en las horas previas al estreno. Más incertidumbre que nervios. En Murcia son una de las chirigotas destacadas. "Como somos pocas, estamos todo el año cantando en congresos, cenas, despedidas de solteros y solteras...", contaba el director. La idea, el tipo, se les ocurrió en el viaje de vuelta a Beniaján una vez que cumplieron el primer sueño: cantar en Cádiz, en la calle, concretamente en el Carnaval Chiquito del año pasado. Un gaditano, Miguel Ángel García Cossío, les hace la música de la presentación, el pasodoble, el cuplé y el final del popurrí. "Se ha portado muy bien con nosotros", apuntaba Sánchez.

A pesar del respeto que les produce venir al Falla, la chirigota tenía claras varias premisas para que la 'L' de principiante no fuera tan cantosa. "No nos gusta eso de venir desde fuera cantando cosas o temas de Cádiz para hacer la pelota. ¿Qué nos importa a nosotros la gestión de la alcaldesa si vivimos en otra parte?

Han trabajado desde hace meses dos días a la semana, una dinámica de ensayos distinta a la que llevan las agrupaciones de Cádiz. "Cuando supimos que aquí -por Cádiz- ensayan de lunes a viernes no nos lo creíamos. En nosotros sería impensable porque tenemos muchas ocupaciones familiares y laborales", decía Javier.

"Nos encantaría que la gente aplaudiera y entendiera la chirigota que traemos". Ese era el principal deseo de la agrupación, alejada de la pasión del Concurso y ajena a las tensiones propias de los que vienen a competir. Otra forma de ver este tinglado. Y muy respetable, por cierto.