SI en algo ha cambiado nuestra fiesta desde su restauración democrática, es en el florecimiento de una generación importante de artesanos,que en las diversas facetas del diseño y la creación han hecho posible la generación de riqueza que tanta falta nos hace a los gaditanos.

Dentro de esta artesanía, la faceta más importante es la puesta en escena de las agrupaciones, porque embellecen esos repertorios, que aunque siempre deben primar por encima del espectáculo, supone la guinda del pastel. Otro tipo de monumento con los materiales actuales son las carrozas, que a finales de los cincuenta recuerdo que siempre eran del murciano Antonio Conte,y cuanta admiración y asombro despertaban los que se colocaban en San Antonio del inolvidable gaditano Antonio Accame.

Estos alardes de arquitectura efímera se completaban también en la Plaza de San Juan de Dios,como con aquella figura entrañable de Pepe 'El Sopa',pasándose "al todo Cadiz",por la entrepierna,por obra y gracia de los gaditanos Nando y Peinado.

Pero echo en falta algo que últimamente corone el torreón de las Puertas de Tierra,como aquel Neptuno con su tridente,que parecía dar la bienvenida a todos los que nos visitaban,diciéndole a los vientos pasen a ver a la novia del sol. Sé que los actuales artesanos están por la labor,con los materiales y las técnicas que se utilizan se podrían conseguir verdaderas virguerías.

Y aunque la cosa está cortita, y se tarda mucho en cobrar, hay que darle la vuelta a la pelota entre todos para que este carnaval de nuestros suspiros genere además de alegría y aparte la depre,nos reporte unos ingresos tan necesitados en estos tiempos.