El emprendedor como centro del desarrollo económico. Sobre esa idea versó el discurso del presidente de la Confederación Española de Jóvenes Empresarios, David Alva, que pidió reformas para lograr el objetivo. Como, por ejemplo, incorporar el emprendimiento al sistema educativo; facilitar, en el caso de la mujer, que no tenga que elegir entre empresa y familia; eliminar los obstáculos que dificulten la tarea emprendedora y superar la crisis de confianza que está llevando a que muchos proyectos se queden en el camino por falta de financiación. "Las políticas económicas viables son las que liberan al empresario de forma duradera", dijo.

Alva se mostró convencido del papel clave que jugara el empresario para salir de la crisis, como "gestor de un proyecto que genera riqueza y empleo". No va a ser fácil para los nuevos emprendedores: "Tenemos el reto de hacer las cosas mejor, con menos medios, más trabajo y mucha imaginación".

Teniendo presente ese papel central, Alva lamentó que en España el número de personas con vocación empresarial sea muy bajo. "Nuestros mejores talentos no quieren ser empresarios". Los que sí dan el paso "no son los más altos, ni los más guapos, ni es una cuestión de genero o edad". Simplemente son "son los reyes de la ilusión, contagian a todo lo que les rodea". Aunque ahora muchos lo pasan mal. Con la crisis se están quedando "sin casa, sin recursos, en paro, pero tienen claro que después de ésta saldrán fortalecidos". Pero antes España debe superar la cultura del fracaso, tan propia de los países mediterráneos y que lleva a que nadie de una segunda oportunidad a quien ya lo intentó una vez y no salió bien parado.