El Elche, tercer club más importante de la comunidad valenciana, sólo por detrás del Valencia y el Villarreal, afronta la recta final de la temporada en una situación que hace nada parecía imposible de imaginar. Seis derrotas consecutivas antes del empate del pasado fin de semana en el Martínez Valero contra el Reus han situado al equipo franjiverde en la penúltima plaza, a tres puntos de la zona de salvación y con todo en contra a falta de dos encuentros.

Los alicantinos, última escuadra descendida en Primera por motivos administrativos, hace sólo un par de años, terminó el pasado curso en tierra de nadie, lejos de las posiciones de honor pero también con margen suficiente para no correr peligro respecto a la permanencia. Como no podía ser de otra forma, esta campaña la abrió con el objetivo de luchar por cotas mayores, sin descartar el salto de categoría. Sin embargo, el sueño se ha tornado pesadilla contra todo pronóstico. Aunque en ningún momento ha ocupado lugar entre los mejores, lo cierto es que la trayectoria del cuadro ilicitano tampoco llevaba a pensar en lo que está ocurriendo. Siempre en mitad de tabla, una segunda vuelta para olvidar, sólo mejor que la del colista Mirandés, así como el número de goles encajados, 59, un registro en el que también sólo supera a los burgales, y de partidos perdidos, 19, en este caso igual que los castellano-leoneses, han terminado por casi condenarle. Sus opciones pasan por conseguir dos victorias y aguardar a que otros resultados le beneficien.

Los rectores de la entidad trataron de cortar la sangría con la destitución de Toril tras el varapalo sufrido en casa contra el Almería a finales de abril, pero el aterrizaje de Vicente Parras apenas ha servido para nada. La cuesta abajo y sin frenos se prolongó en Mallorca (1-0), contra el Mirandés (0-1) y en Getafe (2-0), de modo que el primer punto con el nuevo técnico se sumó hace ahora una semana en el citado duelo con el Reus (1-1). Parras no ha tenido tiempo para plantear demasiados cambios. Además, las lesiones también han torpedeado sus planes. Así y todo, su propuesta de 4-4-2 no es rígida y, según el rival y lo que acontece, se convierte en una de 4-2-3-1 que en Carranza puede cobrar más sentido por la obligación de jugar al ataque.

Fundado en 1922, con la unión de varios clubes de la ciudad, entre ellos el Illice, el Sporting y el Gimnástica de Elche, el primer ascenso a Primera lo firmó el conjunto franjiverde en la temporada 1958-59, manteniéndose en esta categoría durante 12 campañas consecutivas. Al margen del quinto puesto de 1964, el mayor éxito lo obtuvo en 1969 al acceder a la final de la Copa, proclamándose subcampeón contra el Athletic en el Santiago Bernabéu. Más allá de la rivalidad provincial con el Hércules, el pasado le ha llevado a ver al Cádiz como un adversario de triste recuerdo por el frustrado ascenso a Primera en 1981.