La Copa del Rey irrumpe entre semana para mal y para bien. Para mal porque el Cádiz no dispone de toda la plantilla al cien por cien y toparse con un partido oficial de otro torneo emparedado entre los envites de la Liga parece más un engorro que otra cosa cuando cuerpo técnico y futbolistas tratan de tomar el rumbo adecuado en la competición que otorga puntos. Pero así es la temporada. En algún momento se tienen que jugar los compromisos coperos. Para bien porque al menos el Cádiz tiene la oportunidad de conseguir su primera victoria de la temporada que le sirva de impulso vitamínico para luego tratar de abrirse camino en el campeonato de Liga y de paso olvidar el nefasto arbitraje sufrido en Miranda de Ebro.

El equipo amarillo tiene la suerte de ahorrarse un desplazamiento y disputa en casa el duelo contra el Levante correspondiente a la segunda eliminatoria, que se resuelve a partido único a partir de las ocho de la tarde en el estadio Ramón de carranza. El adversario no puede ser más peligroso. Un recién descendido a Segunda que ha diseñado una plantilla para regresar a Primera esta misma campaña, con permiso de otros candidatos. Un trago que el Cádiz pretende que sea dulce, y más delante de una afición deseosa de esbozar su primera sonrisa de la ilusionante campaña del regreso a Segunda..

El choque contra el cuadro valenciano da lugar a rotaciones en el once inicial. El preparador cadista, Álvaro Cervera, concederá minutos a jugadores que todavía no han tenido protagonismo y están como locos por demostrar su valía sobre el céspe. Las apreturas del calendario obligan al reparto de minutos para no sobrecargar demasiado a los que vienen siendo titulares. El domingo vuelve la Liga y en el horizonte se vislumbra otro partido entre semana del torneo de la regularidad (el martes 20 contra el Numancia). No queda otra que distribuir la carga de trabajo. Luis Ruiz y Gastón del Castillo son las únicas bajas seguras y hay otros que no están al cien por cien. El once que presentará hoy Álvaro Cervera es una incógnita si se tiene en cuenta que su idea es aplicar rotaciones. Los que sí tienen todas las papeletas para estrenarse en un partido oficial con el Cádiz son Jesús Fernández, Nico Hidalgo y Aitor García.

Cervera se estruja la cabeza para dar descanso a los que empiezan a cargarse de minutos y sacar un once competitivo pese al amplio catálogo de ausencias. Aunque nadie puede discutir que la Liga es lo que de verdad importa, el equipo amarillo no le hace ascos a la Copa a sabiendas del trampolín anímico que supondría dejar en la cuneta a uno de los conjuntos a priori más fuertes de la categoría de plata.

El Levante ha empezado la temporada con la máxima energía y ocupa la segunda posición en la Liga con siete puntos resultantes de dos triunfos (0-1 en la visita al Numancia y 2-0 en casa frente al Alcorcón) y un empate (1-1 en el campo del Nástic de Tarragona).

El Cádiz inicia una nueva andadura en la Copa sin la presión de años anteriores, acuciado por las penurias de la Segunda División B, de tener que llegar a dieciseisavos de final para enfrentarse a un club de Primera inmerso en competición europea con el objetivo de hacer una buena taquilla. No es difícil recordar aquella famosa eliminatoria contra el Real Madrid resuelta a favor de los amarillos tras la famosa alineación indebida de Cheryshev que dio la vuelta al mundo.

El equipo gaditano llegó el pasado curso más lejos de lo que pensaba -cayó en octavos contra el Celta de Vigo- y ahora, en Segunda A, sólo se cruzaría con un adversario de Champions de nuevo en octavos. Más allá de lo que pueda pasar en el futuro, el reto inmediato de los hombres entrenados por Cervera es poder dar hoy una alegría a sus seguidores y demostrar que están capacitados para imponerse a otro equipo de su misma división aunque con un mayor potencial.

Las rotaciones que prepara el técnico cadista abren un sinfín de posibilidades en un once inicial que es un misterio. Lo único seguro es que juegan Jesús Fernández en la portería y Nico Hidalgo y Aitor en los extremos. El resto de la alineación está condicionado por el descanso que pretende dar a algunos y el estado de forma que puedan tener otros para entrar en el equipo. Los que salgan irán a por la victoria.