Cádiz CF

La solidez lleva el nombre de Edison Torres

  • El paraguayo aporta la dosis de equilibrio necesario para que el equipo amarillo convierta la fragilidad en consistencia y demuestre mayor fiabilidad en las labores defensivas

Poco a poco, el nuevo Cádiz va encontrando su lugar en el mundo. La victoria cosechada por el equipo amarillo en la visita al Betis B el pasado domingo ha devuelto la tranquilidad y, sobre todo, la confianza, después de tres varapalos consecutivos (incluido el inesperado traspié en la Copa del Rey). El encuentro disputado en el Benito Villamarín fue el primero -desde el debut liguero contra el Loja- en el que el cuadro cadista no ofreció dudas en la retaguardia y además sumó el que fue el primer triunfo del curso a domicilio.

El éxito del Cádiz en Heliópolis tiene su importancia por la necesidad de puntos que tenía el conjunto amarillo y por la novedosa manera de conseguirlo. Alberto Monteagudo era consciente de la debilidad defensiva mostrada por su equipo -él mismo reconoció tener un problema tras empatar la semana anterior con el San Roque de Lepe- y optó por un cambio que dio los frutos apetecidos en Sevilla. Colocó a Edison Torres delante de la defensa y detrás de Fall e Indiano, que gozaron de mayor libertad de movimientos bajo el amparo del paraguayo. El resultado tuvo efectos vitamínicos, con un bloque más consistente que apenas sufrió atrás gracias al guardaespaldas protector de una zaga más protegida que nunca.

La efectividad sustituyó a la belleza. El Cádiz no tocó la pelota como estaba acostumbrado a hacerlo hasta la fecha a cambio de ganar un plus de solidez, la que había faltado en los encuentros precedentes. Lo que cuenta son los resultados positivos para habitar en la zona noble y pelear por el liderato del grupo IV, con permiso de un intratable Cartagena que visitará el estadio Carranza el fin de semana del 20-21 de este mes.

En ese punto de equilibrio mostrado el pasado domingo emerge la figura de Edison Torres. El sudamericano, tras su triste estreno en Villanueva de la Serena -fue expulsado con tarjeta roja directa a la media hora de juego- aportó la estabilidad que el equipo pedía a gritos. Guardó la posición en la medular, se convirtió en la referencia para juntar las líneas y cerrar los espacios, no se complicó en la entrega del esférico y sólo paró de correr cuando fue sustituido en la recta final del partido. El Cádiz supo amarrar sin olvidar la parcela ofensiva. El único borrón contra el filial bético fue la definición. Los amarillos dispusieron de un sinfín de oportunidades y el 0-2 se quedó corto. Tiempo hay esta semana para ensayar los centros y los remates.

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