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El sol asoma en un día de nubosidad

  • La afición acaba muy feliz a pesar del runrún por errores impropios

Un joven muestra su bufanda, con un mensaje que suena a deseo.

Un joven muestra su bufanda, con un mensaje que suena a deseo. / fito carreto

Alegría en Carranza, donde la ola de la felicidad dio varias vueltas por las gradas. Entusiasmo de una afición que ve a su equipo, una semana más, muy cerca de la cima. Ni siquiera el runrún por las dudas que dejó el juego ensombreció una tarde tomada por el sol, que ganó la batalla a la nubosidad y a la lluvia matinal.

El frío no restó entusiasmo ni ganas de Carnaval, cantando la gente aquello de "que bonito, que bonito... que bonito está mi Cádiz...". Y homenaje a los 20 años de la creación del pasodoble dedicado al Cádiz y a los cadistas, obra de Manolo Santander, que en el minuto 20 se entonó en todo el campo como hiciera hace dos décadas La familia Pepperoni. Para "ratatatata, ratatatata" los dos goles de Álvaro García, que llevaron el delirio y la inquietud, a partes iguales, a la masa social por ver que se sale y que se lo pueden llevar pasando por caja. El utrerano se ganó un día más el cariño de los suyos: "Alvarito quédate", le dijeron, aunque no depende de él y ni siquiera del Cádiz.

También aplausos para Alberto Cifuentes por sus grandes intervenciones, reconociendo el público el estado de gracia del veterano cancerbero.

La afición del Córdoba acudió en un número importante a la parte alta de la grada de Preferencia más próxima a Fondo Norte. A medida que el choque avanzaba con el 2-0, los blanquiverdes clamaron contra el presidente y los dirigentes, pidiendo su marcha. Con guasa, el cadismo se unió al cántico aunque la guerra institucional del club de El Arcángel ni le va ni le viene.

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