Cádiz CF

Un rival de pésimo recuerdo

  • El equipo amarillo encajó en el campo del Villanovense la primera derrota con Claudio en el banquillo y vio como se esfumaba la posibilidad de cerrar 2014 como líder del grupo

El Cádiz no se jugará nada el próximo sábado más allá de su cartel como campeón y la obligación de dar la cara ante su afición, pero la presencia del Villanovense en el Ramón de Carranza genera cierto morbo por la derrota encajada en Villanueva de la Serena. Fue el último encuentro de 2014 y la primera derrota con Claudio Barragán en el banquillo. Además, aquel tropiezo privó al Cádiz de cerrar el año en lo más alto del grupo IV de Segunda División B.

Se cumple una vuelta entera pero en la memoria de los cadistas está muy fresca aquella decepción en el estadio Romero Cuerda, donde el conjunto extremeño fue capaz de llevarse los tres puntos a pesar de jugar en inferioridad numérica desde el minuto 36. Este aspecto se equilibró en el 72', cuando Airam Cabrera tomó el camino de los vestuarios al ver su segunda cartulina amarilla.

Realmente no fue un buen partido por parte del conjunto amarillo, que entre sus numerosos errores demostró una importante falta de puntería y de oficio. Esto último resultaba esencial ante un adversario experto en la materia que ganó mucho a partir del cuerpo a cuerpo. La imagen que dejó el Cádiz fue la de un equipo que no se puso el mono de trabajo de forma adecuada para afrontar un encuentro muy típico de la categoría de bronce. Por ese lado, empezó perdiendo. El potencial del ahora campeón de grupo no apareció por ningún lado, lo que aumentó la intensidad del debate sobre la necesidad de reforzar la plantilla en el mercado de invierno.

En aquel Villanovense-Cádiz, la escuadra visitante fue de más a menos dominando en los primeros compases y disfrutando de ocasiones en botas de Kike Márquez y Juan Villar que no encontraron el premio del gol. Pero los recursos del Cádiz se fueron agotando y en la segunda parte el Villanovense equilibró las fuerzas y los ataques. A los diez minutos de comenzar la segunda mitad, Claudio retiró a Mantecón -actuaba como lateral derecho debido a la lesión de Óscar Rubio- y dio entrada a Navarrete, que se colocó como falso lateral a fin de ayudar en la destrucción del juego. Poco después una jugada a balón parado sacó a relucir los problemas del Cádiz en estas acciones. Jairo sacó un córner al que se adelantó de cabeza Javi Sánchez para que Carlos Fernández rematara casi a placer en línea de gol. El trabajo defensivo del equipo cadista no fue el adecuado.

Con un futbolista menos, el Villanovense estuvo hasta cómodo explotando al máximo sus virtudes de equipo aguerrido para mantener la renta y ahogar al adversario en un querer y no poder. Los amarillos se quedaron sin puntuar por primera vez con el técnico valenciano en el banquillo y se esfumó la posibilidad de arrebatar el liderato al UCAM de Murcia, que por entonces se mostraba como un equipo con serias aspiraciones para pelearle al Cádiz la primera posición

El entrenador del Cádiz salió del Romero Cuerda con la sensación de que su equipo había competido bien y que sólo le falta de gol le había privado de obtener un premio aunque fuera en forma de empate. Los amarillos dejaron escapar la posibilidad de ponerse por delante en el marcador, lo que hubiera sido letal para un Villanovense obligado a dar dos pasos al frente.

Aquel partido dejó al Cádiz tocado por el hecho de perder ante un recién ascendido que en la actualidad es la revelación del grupo y por no mostrar potencial suficiente estando muchos minutos con un hombre más sobre el césped.

El sábado se presentará la oportunidad de saldar cuentas, quizás de colocar a cada uno en su sitio en el aspecto deportivo y, por qué no, que Claudio Barragán se saque una espinita.

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