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El reto de hacer el triple salto mortal

  • Si los amarillos ganan los tres últimos partidos de la primera vuelta llegarán a los 41 puntos y obtendrán la mejor cuenta en el ecuador de la Liga en Segunda A

Carrillo salta durante unos ejercicios físicos en un entrenamiento.

Carrillo salta durante unos ejercicios físicos en un entrenamiento. / fito carreto

El Cádiz mantiene el pulso en la competición hasta el extremo de ser a día de hoy el equipo más en forma de la categoría de plata, como bien demuestran las cifras, que nunca mienten y son el fiel reflejo de una trayectoria, en este caso brillante, en especial en el último mes y medio. La última derrota liguera queda ya en un lejano 21 de octubre, cuando cayó 1-0 en el campo del Huesca, el sorprendente líder. Las seis victorias consecutivas posteriores -18 puntos de una tacada- convierten al Cádiz en la auténtica referencia. Es el ejemplo a seguir. Ninguna escuadra, salvo la gaditana, ha conseguido enlazar tantos triunfos una semana tras otra. Es el rival a batir, un muro construido con trabajo diario, sudor, ambición, compromiso colectivo e individual y, por supuesto, el siempre necesario acierto. Los amarillos llegaron a residir en las cercanías del abismo, en el 16º puesto, atravesaron un bache de resultados pero resistieron la mala racha de ocho encuentros seguidos sin ganar y le dieron la vuelta a la tortilla con una dinámica imparable que les ha aupado hasta la tercera posición, incrustado en la zona de play-off y en disposición de pelear por los escalones de ascenso directo. Esa la situación a estas alturas de la temporada, con más de media Liga aún por jugar y, por tanto, con todo aún por decidir en los próximos meses.

La ilusión es total, siempre con humildad, sin olvidar la amplia nómina de clubes que conforman el grupo de aspirantes a todo, la mayoría con presupuestos superiores al de la entidad cadista. La ventaja de los amarillos, a diferencia de otros adversarios con más poder económico, es que no está obligado a subir. No está en su agenda oficial y no tiene la presión que sí sienten otros en cada partido.

El Cádiz dibuja una clara tendencia al alza, de momento ilimitada, alimentadora de ensoñaciones gloriosas. El excelente recorrido abre el horizonte la posibilidad de un nuevo récord que colocaría al equipo en una situación favorable para librar la batalla por el salto a Primera División una vez que amarre el objetivo prioritario de la permanencia, que está muy próximo -restan 18 puntos para la cifra redonda de los 50 y todavía 72 en liza hasta el final de la Liga-. Y es que si el Cádiz es capaz de extender aún más la excelente racha en la que se halla inmerso y traduce en triunfo las últimas tres citas de la primera vuelta, llegará al ecuador del campeonato con nada menos que 41 puntos y logrará la mayor cuenta a mitad de temporada en Segunda División A, que se remonta a la campaña 2004/05, cuando el conjunto entrenado por Víctor Espárrago acabó con 41 en la segunda plaza y terminaría el torneo como campeón con el billete en el bolsillo para militar en la élite. En aquella ocasión, el equipo amarillo destacaba por su férreo sistema defensivo, al igual que en la actualidad. Tanto en la 18ª jornada de entonces como en la de ahora el número de goles recibidos es coincidente: diez -un promedio de 0,5 por partido-. La diferencia es que la producción anotadora hace 13 años era bastante mayor: 29 tantos marcados -1,6 de media por encuentro- frente a los 18 de ahora -uno por cada cita-.

La misión para llegar a los 41 puntos al cierre de la 21ª jornada no es nada fácil. Todo lo contrario. Es harto complicada. No hay un partido sencillo en LaLiga 1|2|3. Primero debe superar en el estadio Carranza al Barcelona B el próximo viernes -a partir de las nueve de la noche-, después tiene que vencer al Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López el jueves día 21 también a las nueve -será el último encuentro de 2017 ante un adversario poderoso que no conoce la derrota en su terreno- y cerrará la primera parte del curso de nuevo en el santuario cadista en un duelo en las alturas contra el Granada -uno de los máximos favoritos al ascenso- el primer fin de semana de 2018 -6-7 de enero-.

Ganar esos tres envites supondría alcanzar las nueve victorias consecutivas. Casi nada. No sólo rebasaría el número de triunfos seguidos del Cádiz en todos sus años en la división de plata, que data también de aquel resplandeciente ejercicio 2004/05 -siete éxitos entre los capítulos 11º y 17º-, sino que igualaría el récord absoluto de victorias encadenadas en una sola temporada en la historia del club, establecida en el curso 2000/01, en Segunda B, cuando el equipo entonces entrenado por Carlos Orúe no hizo otra cosa que vencer desde la jornada 28ª hasta la 36ª. Quedó campeón del grupo IV aunque después no pudo certificar el ascenso en la liguilla.

Lo que sí tiene a tiro el conjunto de Álvaro Cervera es superar la barrera de puntos que acumuló justo mediada la pasada temporada, cuando atesoraba 33 y ocupaba el cuarto puesto. Le basta con ganar uno de esos tres duelos o con empatar dos, aunque la ambición es mucho mayor. El Cádiz no se conforma con lo que tiene. Quiere más y no va a parar. Si se impone al filial azulgrana, sumará 35 puntos y acabará la 19ª jornada como mínimo en el segundo peldaño de la clasificación porque se beneficiará del resultado que se dé en el enfrentamiento entre el Huesca y el Lugo, los dos únicos que están por encima de los amarillos, en ambos casos con un solo punto de ventaja. Si los gaditanos vencen y los otros dos empatan, el liderato será una realidad.

El bendito interrogante es hasta cuándo podrá sostener en el tiempo el Cádiz la racha triunfadora. Mientras dure, la afición disfruta como nunca mientras ejerce con precisión su importante rol de jugador número 12, tanto en el Carranza como en las sucesivas visitas. El caso de La Romareda del pasado fin de semana es el ejemplo más reciente, culminado con un intercambio de aplausos entre los jugadores y la hinchada cadista tras ese 0-2.

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