El corrillo de periodistas gaditanos desplazados a Yecla atisbaba variaciones en el once inicial. "Jose va a hacer cambios" era la frase más repetida a media hora del comienzo del partido. Y así fue. El técnico introdujo varias novedades entre las que sobresalían dos nombres que el cadismo todavía está asimilando: Juanse y Antonio Moreno. El delantero ya se había estrenado la semana anterior contra el Almería B en la segunda parte, pero frente al Yeclano disfrutó de su primera oportunidad como titular. El interior, por su parte, había sido la sorpresa de la convocatoria y además debutaba con el primer equipo de manera oficial por todo lo alto, con un hueco entre los elegidos para dar batalla desde el pitido inicial.

No tenían una papeleta nada fácil. El rival se agigantaba en casa en un campo diminuto y con una hinchada de las más calientes del grupo IV que ponía su aliento en el cogote de los jugadores. Pero no se amilanaron. Moreno peleó lo indecible con los centrales del conjunto murciano y además demostró su olfato goleador. Estuvo en el sitio adecuado en el momento oportuno para estrenar su casillero de dianas con el Cádiz. El ariete ha sufrido en sus carnes la dureza del desempleo y no está por la labor de desaprovechar la nueva oportunidad que le ha brindado el fútbol.

El técnico tuvo claro que el partido se ajustaba más a las características de Moreno que a las de Pachón. El madrileño, que todavía no ha marcado en 2011, comenzó el partido en el banquillo por primera vez desde la llegada de Jose González en beneficio de su nuevo compañero. Moreno lo dio todo, luchó por cada balón y fue sustituido con un golpe en una pierna.

El caso de Juanse puede considerarse distinto. El joven despuntó en el Jerez Industrial en la primera vuelta de la presente temporada y en principio se incorporó a la disciplina cadista como refuerzo del filial en Tercera División, aunque a disposición del entrenador del primer equipo.

El técnico gaditano ha visto cualidades y ganas en un jugador que rayó a buena altura en su debut con el Cádiz. Ayudó en tareas defensivas, aportó juego de toque cuando fue posible, penetró con acierto por la banda derecha y realizó varios centros peligrosos al área del equipo local. Demostró maneras con la pelota en los pies y se encargó de poner al esférico en juego en las acciones a balón parado. Su actitud fue encomiable.

Se vació sobre el césped y acabó siendo sustituido. Su aportación fue un aviso a los que se quedaron fuera de la lista y a los que comenzaron el partido en el banquillo.