Quique Pina aprovechó la cita de ayer, en la que todo el protagonismo debía ser para Álvaro Cervera, y atizó otro 'golpe' hacia Manuel Vizcaíno, ausente en un acto de tanto calado como la renovación del entrenador del primer equipo de la entidad.

El presidente no estaba ni se le esperaba porque, de lo que se desprende de las palabras del consejero delegado, ayer no tenía sitio en el acto a pesar de que junto a Cervera quedaba una silla vacía. "En la rueda de prensa anterior ya dije que el presidente no tiene que opinar sobre esta situación. El presidente no lo sabe, no tiene que opinar sobre este asunto ni tengo que darle noticias", señaló sobre el hecho de que, muy posiblemente, en el momento en el que ayer se estaba haciendo pública la ampliación de contrato del técnico, Vizcaíno desconocía esa noticia.

Lo de ayer es una muestra más de que la relación entre el máximo dirigente y el consejero delegado está rota por completo y que cada vez parece más claro que no hay manera de que se pueda solucionar de forma pacífica. Pina no quiere saber nada del sevillano a pesar de que éste es nada más y nada menos que el presidente. A su vez, Vizcaíno trata de esquivar preguntas sobre el murciano y se limita a hablar sólo de su parcela.

La situación, lejos de mejorar, parece que da una vuelta de rosca para peor con el mensaje que ayer dedicó el consejero delegado al que todavía es la persona con mayor cargo en la entidad.