La situación en la que quedó el Cádiz el pasado domingo tras la derrota ante el Nástic encendió la luz de alarma en el entorno, una luz que ya llevaba varias semanas parpadeando. Por eso, desde primera hora de la mañana del día después del traspié frente al conjunto de César Ferrando, había que estar pendiente a cualquier movimiento que se produjera en el Carranza. Pasadas las doce del mediodía, Antonio Muñoz abandonaba el estadio junto a Paco Puig. Sólo este periódico inmortalizaba la imagen y sólo este periódico preguntaba al presidente del Cádiz por cómo había pasado la noche... "Bien, hace diez años lo de los insultos me habría dolido más, pero uno ya está más o menos preparado para estas cosas. Entiendo que son cosas que van con el cargo", adelantaba Muñoz.

Más allá de los insultos, el cordobés sigue sin admitir que sea "un pesetero". "Esa fama me la habéis criado vosotros, la prensa. Insisto en que la plantilla actual es de las más caras de la categoría y no se me puede tachar de pesetero: hemos gastado en fichajes dos millones de euros más de lo que estaba previsto, nos pasamos en dos millones del presupuesto", aludía en su defensa. "Podemos pensar que ha habido otros fallos, pero no que seamos unos peseteros, que no hemos querido invertir en la primera plantilla. Lo que ocurre es que no siempre se consiguen las mejores plantilla con dinero", argumentaba. Lo cierto es que el pasado domingo, la afición explotó. Y lo hizo contra él. "Fue una minoría la que empezó a insultarme, y poco a poco se fue sumando más gente, cabreada por el resultado y por la situación. Ya digo que es algo que va en el cargo, lo tengo que asumir, pero luego en la calle hay mucha gente que me da ánimo y que me dice que no preste atención a los insultos. La persona sensata que analiza el porqué de las cosas sabe que lo que ocurrió el domingo con nosotros fue injusto. Vamos a hacer los fichajes que el técnico y la dirección deportiva nos han pedido", aseguró confiado en que "dos victorias metan al equipo en la zona media de la tabla".

El presidente confesaba tener la conciencia "tranquila". "Que la plantilla es de las más caras lo puedo demostrar en cualquier momento y, por lo invertido, el equipo debería estar entre los cinco primeros. Los jugadores saben lo que cobran, el entrenador sabe lo que cobran los jugadores y el director deportivo conoce de primera mano los contratos. Nosotros hemos hecho lo que se nos ha pedido desde la dirección deportiva y el cuerpo técnico. Y los dos han dado su aprobación a los contratos de los jugadores", concluyó Muñoz.