Con los primeros puntos que se escaparon del estadio Carranza desde el inicio de la temporada aparecieron los pitos de desaprobación hasta ahora inexistentes en al graderío.

El personal no había encontrado motivos hasta la fecha para scar a relucir el catálogo de protestas, pero ayer brotaron los silbidos porque la hinchada esperaba haber visto a su equipo en lo más alto de la clasificación al final del encuentro. El esperado gozo se fue al pozo y la decepción se apoderó del respetable a la conclusión del encuentro. Pese al tropiezo en casa, el Cádiz es uno de los candidatos a la fase de ascenso y por ello es seguido de cerca. En la grada estaba ayer el entrenador de la Balona, Rafael Escobar, que no perdió detalle de la evolución del conjunto amarillo. El cuadro linense, líder con un punto más, visitará el Carranza el 10 de noviembre.