El mercado de invierno te alivia una herida, pero no te la cura. Los últimos ejemplos invitan a no soñar con la llegada de jugadores de otro planeta que sean capaces de ganar partidos ellos solos echándose el equipo encima y metiéndose a la afición en el bolsillo. Y no parece que Cristiano Ronaldo o Leo Messi estén dispuestos a cambiar la Liga de las estrellas por la Liga de los estrellados. Por eso conviene analizar la realidad del Cádiz con los dos pies en el terreno de juego. Y la realidad dice que Alberto Monteagudo tiene mucho trabajo por delante. El mismo trabajo que Jose González también tenía por delante a estas altura del campeonato la temporada pasada y que no solucionó precisamente gracias a las incorporaciones en el mes de enero de José María Cases, Aranda y Boateng.

La derrota ante el Sevilla Atlético del pasado sábado se saldó con una imagen lamentable que recordó al varapalo sufrido en el último curso en la visita al Lucena, también en el marco de la séptima jornada. En uno y otro caso, tanto los técnicos como los jugadores señalaron a la falta de intensidad como el motivo por el que los rivales pudieron pintarle la cara al Cádiz. La consecuencia fue la misma tras ambos partidos: se multiplicaron las dudas tras un inicio irregular y el equipo cayó a la sexta plaza del grupo IV de Segunda División B.

La llamada de atención ante el Lucena sirvió a la escuadra de Jose González como punto de inflexión para el resto del campeonato. De hecho, desde entonces nunca más estuvo fuera de los cuatro puestos que permiten disputar la fase de ascenso y dibujó una línea ascendente que le llevó a ser primera de grupo. Lo ocurrido posteriormente ante Castilla, Albacete y Lugo, en las eliminatorias por subir a Segunda División A, es mejor no sacarlo de nuevo a la palestra.

Pero aún está por ver cómo le sienta al equipo de Alberto Monteagudo, que suma un punto menos que el de Jose González -once- a estas alturas del campeonato, el varapalo del pasado sábado frente al filial hispalense. El entrenador albaceteño hizo ver ayer a sus jugadores, en el regreso al trabajo en las instalaciones de El Rosal, que se está muy lejos del camino al menos en lo que a actitud se refiere. Lejos, lo que se dice lejos, está el Cartagena. Y es que el líder aventaja en ocho puntos al Cádiz. Mientras, el Jaén, segundo clasificado, le lleva cuatro a los amarillos. Y el cuarto, el Almería B, anda dos por delante de los cadistas.

Tras caer en Lucena, el Cádiz era sexto con doce puntos. A cuatro del equipo cordobés, la Balona y el Betis B, que estaban empatados en lo más alto con dieciséis.