Cádiz CF

Una llamada constante

  • El canterano Manu Vallejo, máximo goleador en la pretemporada con la autoría de cinco tantos, se empeña hasta el último instante en derribar la puerta del primer equipo

Manu Vallejo salta de alegría en la celebración de un gol.

Manu Vallejo salta de alegría en la celebración de un gol. / fito carreto

El Cádiz enfila la recta final de la pretemporada con las buenas sensaciones que deja el balance de ocho victorias en otros tantos encuentros, rubricado con la primera copa del Trofeo Ciudad de La Línea que pasa a formar parte de las vitrinas del club.

Si en el plano colectivo el equipo avanza en la búsqueda del ritmo adecuado para comenzar la competición oficial -la Liga arranca el próximo día 17 (viernes) en casa ante el Almería-, en el apartado individual sobresale con mayúsculas la aportación de Manu Vallejo. El canterano se está saliendo con una regularidad que no es sino la prolongación de las buenas prestaciones que desarrolló en el B en el curso anterior. Se gana a pulso su condición de protagonista del verano en el cuadro gaditano. Exprime al máximo cada minuto que le concede el entrenador y se empeña en llamar con energía a la puerta del primer equipo. Sus números le avalan. A falta de la celebración del Trofeo Carranza -uno o quizás dos partidos- antes de dar paso a la realidad de los puntos, es el máximo goleador del Cádiz en la pretemporada con cinco goles -le siguen Alberto Perea con cuatro; Ager Aketxe con tres; dos llevan David Toro -también canterano-, Eneko Jauregi, Mario Barco, Servando y Álex Fernández; y uno Aitor, Brian, Salvi y Álvaro García-.

El atacante hizo dos frente a un rival muy inferior como es el Barbate -en el primer ensayo estival a mediados de julio-, aunque luego marcó otros dos contra adversarios de la categoría de plata: uno ante el Elche y otro frente al Mallorca, además del que firmó contra la Balona -Segunda B-. Su actuación más sobresaliente fue durante la concentración en tierras murcianas en el amistoso contra el cuadro ilicitano, en el que además de ver puerta sirvió una asistencia. Lleva más goles que los delanteros. El viento sopla a su favor gracias a su trabajo constante.

Una puerta, la del primer equipo, que puede llegar a derribar. No para de empujarla y va a seguir hasta conocer su futuro inmediato. Álvaro Cervera y el director deportivo, Juan Carlos Cordero, han reconocido que la decisión es complicada. El futbolista lo está poniendo difícil. La idea inicial de los responsables deportivos, que aún no está descartada, era que el extremo hiciera la pretemporada con el Cádiz tras su gran campaña en el filial y después saliera cedido a una escuadra de Segunda División B para acumular minutos sobre el césped todos los fines de semana. El Recreativo de Huelva es el mejor situado para hacerse con sus servicios durante una campaña. Y es que Manu es uno de los sub'23 más cotizados del mercado -los equipos de Segunda B tienen que reservar cuatro fichas a menores de esa edad-.

Pero el chiclanero está pujando con fuerza por un sitio en la plantilla cadista y demuestra que tiene condiciones para ser uno más. El problema, si se queda, es que corra peligro de no disponer de la continuidad que en cambio a priori sí hallaría en un conjunto de la categoría de bronce.

Lo que sí está claro es que, a sus 21 años, la Tercera División se le ha quedado pequeña y ahora queda por resolver el dilema: ¿está preparado para dar un salto de dos escalones o es mejor que vaya a paso a paso y antes de la plata pise un año el bronce? En el Cádiz valoran las dos posibilidades. Hay margen de tiempo para tomar la decisión. Si no hay novedades, jugará el Trofeo Carranza con el escudo cadista en su pecho, el que lleva desde llegó en edad cadete procedente del Sancti Petri.

El chiclanero marcó 19 goles la pasada temporada en el Cádiz B e incluso llegó a debutar en el primer equipo con una participación de seis minutos en el partido contra el Rayo Vallecano disputado en el estadio Ramón de Carranza. En la campaña 2017/18 hizo 18 tantos, que llegaron a 23 un año antes en el filial. No sólo marca goles con asiduidad. Trabaja, roba balones, corre como el que más, explota su velocidad como nadie… Se quiere comer el mundo. Sólo falta saber dónde lo hará cuando arranque la temporada en pocos días. Mientras, seguirá aporreando la puerta.

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