El Cádiz se ha metido entre pecho y espalda unos 6.200 kilómetros en una última semana de vértigo en la que los designios del calendario liguero y copero le han obligado a realizar hasta tres desplazamientos: Murcia (Copa), Granada (Liga) y La Palma (Copa), el último el más largo y complicado de organizar y realizar. El primero fue a Murcia por carretera en un trayecto de unos 1.140 kilómetros entre la ida y la vuelta. Después fue a Granada -el más corto de los tres-, con un recorrido total cercano a los 600 kilómetros. Y por fin, el desplazamiento interminable hasta Canarias, que rebasa los 4.450 kilómetros.

La odisea de la expedición cadista para llegar a La Palma comenzó bien temprano en la mañana de ayer. Sus integrantes estaban citados en El Rosal antes de las 8:30 horas para dirigirse al aeropuerto de Jerez, donde tomaron un vuelo hacia Madrid. Sin salir de las instalaciones aeroportuarias de la capital de España, el Cádiz tuvo que esperare incluso almorzó allí antes de montarse en otro avión con destino a Tenerife ya por la tarde. Los jugadores se entrenaron en la Ciudad Deportiva del Tenerife y pernoctaron en esa ciudad para coger otro vuelo en la mañana de hoy en dirección a La Palma. Eso supone que el conjunto amarillo tardará más de un día en llegar al municipio donde esta tarde se disputa el partido. La locura de viaje continúa una vez finalizado el encuentro, ya que el Cádiz volará esta noche a Las Palmas, y ya de madrugada cogerá otro avión hacia Sevilla. Una vez en la capital hispalense, el equipo se irá a entrenar a El Rosal antes de tomarse un merecido descanso. Una auténtica paliza de viaje.