A veces es aconsejable dar un paso atrás para coger carrerilla. El Cádiz de hace dos temporadas, el que también militó en el grupo IV de Segunda División B de la mano de Javi Gracia, cayó ante el Conquense en el Ramón de Carranza en la jornada cuarta y desde entonces enlazó hasta catorce semanas sin conocer la derrota. El siguiente traspié liguero se produjo frente al Guadalajara en la jornada 19ª: Llegó también en casa. Y por la mínima (1-2). A favor de los amarillos, decir que ese compromiso era el primero de dos consecutivos jugando en el barrio de La Laguna. Y ya se sabe qué suele ocurrir cuando se disputan dos encuentros seguidos en tu propio feudo… que es difícil firmar un pleno de puntos a favor. La semana siguiente, los cadistas se deshacían del Roquetas (1-0) y enlazaban dos nuevas jornadas sin caer hasta encontrarse otra vez en el camino a su bestia negra de aquella temporada, un Conquense que se imponía por dos a goles a cero en la cita ante los de la Tacita de Plata de la segunda vuelta. Desde entonces, los pupilos de Javi Gracia se quedarían sin sumar en cuatro partidos más hasta el final de temporada: en Melilla (3-1) y Marbella (2-1) a domicilio y contra Granada (2-3) y Balona (1-2) en el Ramón de Carranza.

La primera derrota frente al Conquense espoleó a los amarillos, que a partir de ese día se pusieron las pilas para empezar a comandar el grupo IV y llegar en un gran estado de forma a la eliminatoria de campeones ante el Real Unión que le acabaría dando el ascenso a Segunda División A en el Stadium Gal de Irún. Y esa primera derrota llegó antes de la encajada este curso liguero ante el Betis B la semana pasada, en el contexto de la jornada séptima.

El Cádiz ha firmado un buen arranque liguero, casi de récord, de la mano de Risto Vidakovic. Y hay que dejar que el cuerpo técnico liderado por el serbio y los jugadores sigan trabajando y corrigiendo errores como los que, más allá del arbitraje del malagueño Chavet García, supuso la derrota contra el filial verdiblanco. Los amarillos han sumado todos los puntos lejos del Ramón de Carranza y es en su propia casa donde tienen la asignatura más pendiente. Este fin de semana toca rendir visita al Poli Ejido, verdugo de los cadistas en la tercera ronda de la Copa del Rey. Y la mejor noticia, sin duda alguna y más allá de la imagen que den los amarillos, será lograr un triunfo que haga olvidar el primer paso atrás de la temporada: un paso atrás que debe servir para coger carrerilla.