Cuando el 3 de diciembre se presentó a la subasta pensó que era una cuestión de días y, sin embargo, fueron seis meses en los que realizó un trabajo encomiable destacando la defensa a ultranza que hizo de la afición, de los abonados más fieles y del riguroso cumplimiento de su palabra; eso lo saben bien y lo reconocen públicamente los propios profesionales de la plantilla y el cuadro técnico. Todo lo que dijo y prometió lo cumplió a rajatabla. Hasta su famosa frase de aquel día 3, "no estaré en el Consejo ni en el organigrama del club". Y así ha sido. Se ha echado a un lado dejando la primera línea y el protagonismo. Eso es raro en el fútbol pero aquí, en Cádiz, como en tantas cosas, todo es diferente y eso también ha pasado.

Lógico que en las redes sociales, en las que es un asiduo diario (en twitter tiene miles de seguidores @carlosmedinalap), se haya creado una corriente a su favor y se pida su vuelta. Pero Carlos Medina no va a volver. Hizo su trabajo, cumplió su palabra y se retiró a su trinchera en Línea 6 donde, seguro, continuará trabajando en favor del cadismo. Él es un hombre de Pina, de su entorno y de su total confianza. El Cádiz puede estar más seguro con el tándem Pina/Medina en la sombra. Pero Carlos es periodista y, como dijo en estas páginas, estará ojo avizor. Y si algo tiene que criticar lo hará porque ése es su trabajo y su nuevo servicio al Cádiz. Un servicio que se debe valorar y agradecer.

Una retirada a tiempo es una victoria. Carlos Medina no ha permitido ni que le den jaque. Como buen ajedrecista marcó su estrategia, basada en la lógica y en potenciar a una afición muy desilusionada. Su legado está en que supo llevar el sentimiento de los seguidores cadistas hasta las entrañas del club, provocó que la ilusión volviera y que la comunión entre el equipo y la afición (papel en el que también jugó una parte importante Antonio Calderón) fuese una realidad, hace meses impensable. Hasta en las oficinas del club supo crear un ambiente cordial que provocó que se volviera a trabajar con ganas, optimismo y alegría; los empleados reconocen que volvieron a sonreír.

Ahí queda su marcada línea de gestión y sus palabras. Otros cogen el testigo y pronto nos daremos cuenta si han aprendido algo. Manuel Vizcaíno, que tiene experiencia en marketing, sabe que tiene un listón alto. Cádiz es punto y aparte en muchas cosas, y en fútbol, también. A Carlos Medina se le echará de menos, pero, ojo avizor; está a la vuelta de la esquina; en una trinchera desde la que hace años 'trabaja' para el Cádiz denunciado cualquier atisbo de desmanes o gestiones que, bajo su criterio, puedan perjudicar el futuro cadista. Que le pregunten a Antonio Muñoz y a los italianos de Gaucci...

El periodista y editor gaditano, el hombre de Pina, hizo su labor y ha entrado en la historia del Cádiz CF SAD. Por ello tiene el reconocimiento y agradecimiento de gran parte del cadismo.