“Yo también llegué con Víctor Espárrago, pero el que me trajo fue Alberto Benito”. Andrés Fleurquin rememora estos días los primeros compases, ya que se habla de fútbol, del verano de 2004. Y lo hace porque mientras se pasea con familiaridad por las instalaciones de El Rosal, con el brazalete de capitán clavado en sus dañados isquiotibiales, de los vestuarios al gimnasio, del gimnasio al terreno de juego, pensando y soñando a la vez... no sólo ve la luz al final del túnel.

El uruguayo observa a un joven compatriota que todavía no ha deshecho la maleta de la ilusión. “Es inevitable que te traiga recuerdos, aunque yo no viajé tan joven de un punto tan lejano al otro”, se dice Andrés Fleurquin justo después de almorzar y plenamente convencido de regatear a la siesta. “Jonathan Ramis es un buen chaval y tengo grandes referencias sobre su forma de jugar: tiene unas condiciones muy buenas, interesantes cualidades. Confío en que demuestre lo bueno que es en estos meses que restan de competición, que se acople lo más rápido posible y que pronto explote su gran velocidad”.

Flerquin.com: compatriota y compañero. El veterano centrocampista asegura que ejercerá “de padrino” del nuevo delantero del Cádiz. “Tiene que ganarse un puesto en el campo, entrenando, pero claro que le ayudaré fuera del verde: en todo lo que respecta a papeleo, cosas básicas como la casa, el coche... es necesario tener a alguien ahí. Lo sé porque yo me vine solo. Lo haré con mucho gusto, se le ve una persona humilde y agradecida”, confesaba el charrúa.

El dorsal número 16 del Cádiz sigue yendo a Sevilla a tratarse de sus molestias en los isquiotibiales. Y aunque ya hace gran parte del trabajo con el grupo, no aplaude: “El míster me ha dicho que no apriete, que es una lesión complicada. No quiero dar un paso adelante que signifique luego tres hacia atrás”.

“Hay que tener cuidado. Aquí se pasa del paraíso al infierno y del infierno al paraíso en un cuarto de hora”, concluye Fleurquin respondiendo a la pregunta si un triunfo el domingo haría pensar a la gente en un posible ascenso.