El equilibrio entre la defensa y el ataque. Esa la cuestión. Las cifras de goles a favor y en contra acumuladas por el Cádiz en las siete primeras jornadas de Liga reflejan un buen arranque en el aspecto ofensivo y las dudas en la faceta defensiva que poco a poco se van disipando pese a una última derrota que llegó más por errores puntuales que por un sistema que parece más consistente tras la variante introducida por el entrenador.

El conjunto amarillo suma 12 goles en siete encuentros, lo que supone una media de 1,6 tantos por partido. Los gaditanos han marcado en todos sus compromiso salvo en la frustrante visita al campo del Villanovense.

Por contra, el Cádiz ha visto perforada su portería en siete ocasiones, es decir, un promedio de una vez en cada cita. Los amarillos han ido a buscar el balón dentro de su portería en cinco de los siete partidos (además de los de la Copa del Rey). Sólo el Loja y el Betis B -dos de los conjuntos más débiles- no han podido batir a Aulestia.

Alberto Monteagudo ha alertado en más de una ocasión de la necesidad de no recibir un elevado número de goles para poder transitar por la planta noble de la clasificación, de la que se ha caído el equipo amarillo tras el reciente tropiezo ante el Sevilla Atlético en el estadio Ramón de Carranza. Cartagena y Jaén son dos claros ejemplos de lo que significa el cuidado del sistema defensivo. El líder protege su portería con tanta eficacia que sólo le han marcado dos tantos en 630 minutos, uno menos que al segundo clasificado, que además es el equipo más goleador del grupo IV con 14 goles (una media de dos por partido).

El Cádiz es la segunda escuadra más anotadora de su grupo después de siete jornadas. La voracidad goleadora puede ser camino para compensar el déficit defensivo y alcanzar el éxito. El Cádiz de Javi Gracia fue campeón en la temporada 2008/09 (antes de ascender a las primeras de cambio en aquella recordada eliminatoria contra la Real Unión de Irún) con un saldo de 71 tantos a favor (1,86 de promedio) que sirvieron para salvar el obstáculo de los 42 recibidos en 38 jornadas (1,1 de media). El resultado fue un saldo positivo de 29 dianas.

Si los amarillos son capaces de mantener (e incluso elevar) su cuenta goleadora quizás no sea tan grave recibir goles, aunque el empeño de Monteagudo y sus pupilos es minimizar los desaciertos en la retaguardia sin perder puntería en la definición. Si el Cádiz consigue llegar a ese punto de equilibrio, será difícil sacarle de las posiciones de cabeza e incluso estaría en disposición de disputar la primera plaza a otros equipos llamados a pelear por ella, como el Cartagena y el Jaén.