Cádiz CF

El espejo en el que hay que mirarse

  • Servando se gana a la afición por su compromiso con el equipo por encima de intereses particulares

Don Servando Sánchez Barahona se ha ganado a pulso el respeto del cadismo. El aprecio de una afición que asiste orgullosa al esfuerzo y compromiso de un jugador de la tierra. Un gaditano de sangre isleña que está siendo el espejo en el que hay que mirarse mientras se entona aquello de "yo creo". Servando está siendo mucho Servando a la hora de la verdad, ese momento en el que un entrenador que parecía tener el rumbo perdido le dice: "Tú serás mi lateral izquierdo". Al final, coherencia pura en Álvaro Cervera, que con ese gesto ha demostrado mucho tras una campaña en la que el rendimiento tanto de Andrés Sánchez como de Luis Pavez ha dejado bastante que desear.

Servando es un futbolista al que se le perdona todo. Su tesón y ganas de vaciarse ponen lo suficiente para ser tan querido como respetado. Todo eso cuando le ha tocado jugar en su puesto, como central. Más aún en el momento en el que la aventura de lateral izquierdo ha tomado forma. No es zurdo ni veloz, pero sí lo suficientemente inteligente para saber colocarse y esperar el momento en el que asestar ese golpe en forma de corte de balón o pugna ganada en el juego aéreo. Los rivales entienden que hincar el diente por esa banda es un chollo, la puerta que lleva hasta la cocina. Pero primero el Ferrol y ahora el Racing de Santander se han dado cuenta que lo de experimento fallido no va con este zaguero.

La decisión adoptada por Cervera en la fase de ascenso podía llevar a pensar en un gesto de desesperación del entrenador. Algo que si sale bien le llevaría a los actuales elogios y si fallaba posiblemente ya estaría el equipo de vacaciones. Está sucediendo lo primero con el descaro, además, de que Servando no le está perdiendo la cara al ataque porque el pasado domingo superó la línea de tres cuartos para servir algunos centros que ya quisieran muchos especialistas. Ante la escuadra cántabra mantuvo a raya a Óscar Fernández, el poderoso extremo derecho rival, al que no dejó resquicio por el que superarle. La presencia al mismo tiempo en el once de Migue González y Aridane también está beneficiando al isleño como consecuencia del excelente entendimiento con estos compañeros. Migue está cumpliendo con eficacia y Aridane -salvo algunos fallos con el balón en los pies- es el mejor cierre del play-off. Resultado: una defensa casi perfecta que está respaldada por el trabajo del resto de jugadores, conscientes que el tema de defender no es sólo cuestión de cuatro o cinco.

El rendimiento de Servando ha borrado de un plumazo las opciones de los dos laterales zurdos. Un Andrés y un Pavez que llevan en silencio la situación de no ir ni convocados y de ver como un central cumple mejor que ellos con el deber que tiene un lateral. También esto forma parte de la grandeza del fútbol.

Tomando como referencia la fase regular y el play-off, Servando lleva disputados 27 encuentros (26 como titular), acumulando 2.275 minutos y dos goles. Le han mostrado nueve cartulinas amarillas y ha sido expulsado en dos ocasiones. En su segunda temporada de amarillo tras una intensa etapa en el Real Jaén, con ascenso a Segunda A incluido, Servando está sorprendiendo a propios y extraños ubicado a la izquierda. Y eso que esta misma temporada, en enero, hubo un precedente muy malo cuando Claudio Barragán lo situó como pivote por delante de la defensa. El fracaso del isleño y del equipo fue mayúsculo tras perder con el Granada B (0-1) y tener que ser sustituido a falta de media hora para el final por el canterano Alberto Quintana.

Después de tres partidos de fase de ascenso, los medios de comunicación locales reconocen el rendimiento que está dando Servando como lateral izquierdo y el acierto pleno del entrenador, que se la jugó en solitario para decidir que el sitio del isleño era otro dentro del once. El preparador parte del objetivo de que una defensa seria, trabajadora y comprometida es el mejor ataque. El Cádiz está cumpliendo esto a rajatabla; su éxito justo en el ecuador del play-off.

A sus recién cumplidos 32 años, Servando luce con profesionalidad máxima el escudo del equipo. La masa social sabe que el isleño es el mejor espejo en el que mirarse para ver un Cádiz con hechuras para soñar...

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