Cádiz-Badajoz

Un escalón por encima (3-0)

  • Fortín El Cádiz sigue creciendo y ya es tercero en la tabla, a un punto del líder, tras borrar del campo al Badajoz Goleadores Jeison Murillo se estrena y Ferreiro y Juanjo alimentan sus cuentas personales

El Cádiz sigue creciendo en todos los sentidos y ayer se gustó y gustó a su afición en el estadio Ramón de Carranza para colocarse tercero en la tabla de clasificación del grupo IV de Segunda División B, a un solo punto del nuevo líder, el Lucena, tras pasar por encima del Badajoz.  Los amarillos ofrecieron su mejor cara de la temporada en lo que a juego se refiere y, además, se mostraron la mar de efectivos en las acciones a balón parado, vía por la que llegaron los tres goles de la tarde. Jeison Murillo, que se estrenó como realizador con la camiseta del Cádiz, abrió la lata nada más empezar el encuentro. Y Ferreiro, antes del descanso, y Juanjo, poco después, anotaron un tanto cada uno para alimentar sus respectivos casilleros personales. El extremo gallego, que anotó una diana y puso las otros dos, se erigió una vez más en el hombre del partido.

Jose González, como se esperaba, pudo contar finalmente con el concurso de Pedro Baquero, que formó en el centro de la zaga junto a Jeison Murillo. Con Camille y De Coz en los dos laterales, la inédita línea de cuatro hombres que se colocó por delante de Aulestia apenas tuvo trabajo durante los noventa minutos. El Cádiz, sabedor de que tiene mucho camino recorrido hacia la victoria en el fortín  del Carranza si se adelanta en el marcador, salió a por todas desde el pitido inicial y ya en el minuto 2 hizo la primera tarea. Tras un centro de David De Coz, que hizo esforzarse a Eladio bajo el palo, llegó la jugada que pondría la alfombra roja hacia el triunfo. Ferreiro botó un saque de esquina y Jeison Murillo, que se estrenaba en casa vestido de amarillo, se estrenaba también como goleador ante su nueva afición con un certero remate de cabeza ante el que nada pudo hacer el portero del Badajoz. 

Tan solo había un equipo sobre el color verde y era inevitable empezar a pensar en repetir una goleada similar a la que encajó el Almería B hace dos semanas. Pero justo cuando el primer aficionado se frotó las manos ambicioso en la grada, la escuadra de Torres Mestre invitaba a no soñar antes de dormir el partido. Diego Torres remataba con picardía de cabeza un buen centro desde la banda izquierda y obligaba a Aulestia a salvar los muebles cuando ya estaban vendidos. Fue solo un aviso de los visitantes, aunque un aviso serio, y el Cádiz, nada más recuperar el balón, comenzaba a hilvanar acciones de peligro; unas otras otras. 

Ikechi Anya, con menos profundidad que en otras ocasiones, ofrecía su primera internada por la banda izquierda pasados los veinte minutos de juego. Y en un abrir y cerrar de ojos llegaba el segundo tanto de los pupilos de Jose González. Era el día de puertas abiertas para las jugadas a balón parado y Ferreiro mandaba el esférico con maestría a la red ejecutando una falta que había cometido Abdoulaye sobre Akinsola al borde del área.

Todos los planes del Badajoz, que ofrecía una imagen muy gris en su visita a Cádiz, se quedaban sobre el papel. De la ilusión inicial se pasaba a los nervios y a la impotencia incontrolables y, en una de esas acciones con el rival con la cabeza gacha, Akinsola, muy dinámico de cara a la portería rival, a punto estaba de hacer el tercero tras aprovecharse a medias de una falta de entendimiento entre Solano y Eladio. De nuevo a balón parado, y justo antes de llegar al descanso, el delantero nigeriano tenía la oportunidad de poner más tierra de por medio con su cabeza. No era su día de cara al gol.

Tras el tiempo de descanso, llegaba el tercer tanto de la tarde y el tercero de Juanjo en lo que se lleva de temporada. Ferreiro, ¿quién si no?, botaba una falta y el extremeño se alzaba para rematar de cabeza con el mismo criterio que puntería. Eran los mejores minutos de los amarillos, que se pasaban el balón al primer toque y con profundidad regateando las patadas de los jugadores que tenían en frente. 

El Badajoz sacaba su orgullo y Parada, que volvía a la Tacita de Plata junto a Solano y Moisés Arteaga, segundo entrenador del conjunto pacense, tenía una ocasión de oro para acortar diferencias. Pero tampoco era su día, en ningún sentido.

El Cádiz, tal vez pensando en la visita al Sevilla Atlético, nadaba y guardaba la ropa con la conciencia tranquila. Los amarillos firmaban un gran partido, volvían a golear con cierta facilidad y entraban en calor en la ducha recordando los olés que se habían escuchando provenientes de la grada. Jose daba descanso a Óscar Pérez, Akinsola y Ferreiro. Y repartía minutos entre Caballero, al que se le vio con muchas ganas, Dioni y Juanse. La última ocasión seria era un disparo de Juanjo al palo. Se dejaba de nadar y se recogía la ropa. 

Noviembre empieza con buen pie, subiéndose un escalón. Una pena el triunfo del Lucena, un lunar en una jornada que pudo ser perfecta para dar un gran estirón.

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