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La épica convierte la pesadilla en sueño

  • Sufrimiento Un golazo de Velasco a un minuto del final mantiene a flote a un cuadro gaditano que no saca rédito a una buena primera parte y después se ve obligado a remontar a base de entrega Casi Los amarillos están a un punto de la fase de ascenso

Tragando saliva, sudando la gota gorda y con el corazón en un puño. La épica es el último recurso posible cuando la victoria no se puede alcanzar de otra manera. El Cádiz apeló a ella para sumar tres puntos vitales en un final de vértigo, obligado a remontar el gol de un combativo Roquetas que a punto estuvo de dar al traste con el sueño amarillo. La escuadra de Jose González encadenó su sexto triunfo consecutivo y se queda a un solo punto de la clasificación para la fase de ascenso. Anoche durmió a pierna a suelta a la espera de lo que hagan Melilla y, sobre todo, San Roque de Lepe.

Los gaditanos fueron de más a menos, arrasaron en la primera media hora en la que debieron resolver el choque y acabaron sufrieron de lo lindo en la segunda parte quizás producto del cansancio acumulado por el esfuerzo desplegado sobre la verde sartén que ayer fue el césped del Carranza. Un golazo de Velasco a un minuto del final tiñó de heroísmo el triunfo de un conjunto amarillo al que se vio tocado en el plano físico, la mayor prueba de la entrega de un equipo que no regateó un gramo de esfuerzo por acercarse un poco más al objetivo.

El reto de los 10.000 espectadores en las gradas quedó en una utopía. Los que no acudieron evitaron poner a prueba sus corazones aunque se perdieron la explosión de euforia postrera.

El Cádiz se hubiera ahorrado tanto sufrimiento de haber estado más acertado en el remate en la primera parte. Trazó el camino más corto hacia la victoria y sólo faltó meter la maldita pelotita en la portería rival. Ni la hora de la siesta ni el calor frenó el ímpetu inicial del cuadro cadista, que enseguida perforó la meta almeriense por medio de Carlos Caballero, aunque el árbitro invalidó la acción a instancias del auxiliar por supuesto fuera de juego del madrileño, que había recibido el pase de la muerte de Enrique. El tanto, de apariencia legal, hubiera abierto las puertas del triunfo. Pero el destino había escrito un guión más retorcido.

El Roquetas salió sin complejos en busca de la portería cadista. El atrevimiento de los almerienses, que presionaban la salida del balón del Cádiz, favoreció los intereses de unos amarillos que hallaron espacios a la contra, el terreno donde mejor se mueven los de Jose González. De ello se aprovechó López Silva, más veloz y entonado que nunca pero con la pólvora mojada. Falló un gol cantado cuando estaba de frente y solo ante el meta visitante.

El Cádiz mereció recompensa merced a un asedio tan constante como estéril. El Roquetas también tuvo su oportunidad cuando Israel lanzó alto tras una indecisión de la zaga local. Los roqueteños lograron contener las ansias amarillas y las fuerzas se equilibraron. Israel avisó de nuevo ante un dubitativo Álvaro Silva y Carlos Caballero respondió con un disparo desde la frontal del área que salió desviado. Poco después el madrileño marró la ocasión más fácil que posiblemente habrá tenido en su vida. Recogió un balón casi en el área pequeña, lo paró con pecho y cuando era más sencillo meterlo dentro de la portería, su volea se escapó por encima del larguero de manera inexplicable.

El descanso llegó con tablas en el marcador y todo por resolver. Un cabezazo de Álvaro Silva atrapado por Jonatan fue el primer intento cadista tras el intermedio. López Silva, el mejor del equipo en la primera mitad, se quedó en el vestuario y salió Velasco.

Los roqueteños, con los deberes de la temporada ya terminados, no temblaron y se fueron creciendo. Cifuentes sacó el balón en la línea de gol tras cabezazo de Robles a la salida de un saque de esquina en un preludio de lo que pasó unos minutos después. El Roquetas se adelantaba gracias a una acción a balón parado que contó con la colaboración de Álvaro Campos y la zaga amarilla. El meta salió a por uvas, la defensa no estorbó y Robles cabeceó la falta lanzada por Aitor.

Quedaban poco más de veinte minutos y el Cádiz estaba contra las cuerdas. A falta de un juego fluido, no quedaba otra que tirar de la garra para dar la vuelta a la tortilla. Ni siquiera un empate era suficiente. Moreno sustituía a un apagado Moke y antes del 0-1 Aarón Bueno había entrado por Enrique.

Pachón resurgió con un gol a falta de un cuarto de hora tras una jugada de Carlos Caballero. El ariete igualó el choque con un tiro raso con un tanto convertido en un complemento vitanímico para un Cádiz que redobló su esfuerzo en busca del segundo. El propio Pachón rozó el segundo pero su cabezazo se fue alto. El gol del empate despertó a los amarillos y a una grada que recuperó la ilusión. Los roqueteños se echaron atrás frente a un Cádiz a la desesperada. Carlos Caballero mandó una falta al larguero y cuando la igualada parecía inevitable, Velasco se inventó un zurdazo que no olvidará nunca. Golazo, remontada y a un solo paso del objetivo.

Árbitro: Ortiz Arias (madrileño).

Tarjetas: Amarillas Moke (64'), Quique (75'), Morillas (77') y Pablo García (83').

Goles 0-1 (67') Robles. Aitor lanza una falta al interior del área cadista, Álvaro Campos no acierta en su salida y Robles adelanta a su equipo con un remate de cabeza sin la oposición de ningún defensor. 1-1 (76') Pachón. Jugada de Carlos Caballero por el centro, el esférico llega a Pachón, que se queda solo ante Jonatan y marca de un fuerte disparo raso. 2-1 (89') Velasco. El interior cordobés recoge el balón en la esquina izquierda del área visitante y suelta una certera volea con la zurda que se cuela como una exhalación en la portería roqueteña.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la trigésimo séptima jornada de Liga, encuadrado en el grupo IV de Segunda División B, disputado en el estadio Ramón de Carranza ante 5.806 espectadores, según el número oficial facilitado por el Cádiz. Tarde calurosa y terreno de juego bastante seco. Antes del inicio del partido se guardó un minuto de silencio en señal de duelo por el fallecimiento del golfista Severiano Ballesteros.

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