Cádiz CF

El embargo de Pina a Vizcaíno no afecta a la estabilidad del Cádiz

  • El día a día del club seguirá con absoluta normalidad pese al conflicto judicial que mantienen el ex consejero delegado y el actual presidente, que continuará ejerciendo sus funciones como hasta ahora

Manuel Vizcaíno se dispone a sentarse en el palco del Ramón de Carranza, con Quique Pina en la otra punta de la imagen.

Manuel Vizcaíno se dispone a sentarse en el palco del Ramón de Carranza, con Quique Pina en la otra punta de la imagen. / Fito Carreto

La enésima vuelta de tuerca del conflicto judicial que mantiene enfrentados a Manuel Vizcaíno y Quique Pina no debe hacer saltar las alarmas en el seno del cadismo. Ni mucho menos. De hecho, los problemas y las diferencias que dirimen en los tribunales el actual presidente de la entidad y el ex consejero delegado en modo alguno afectan a la estabilidad del Cádiz, que difícilmente se verá salpicado por estas cuestiones extradeportivas siempre y cuando el equipo amarillo permanezca en el fútbol profesional, con todo lo que ello conlleva.

En efecto, la resolución el pasado viernes de Francisco Bejarano Delgado, magistrado del Juzgado de Primera Instancia Número 11 de Sevilla, al dictaminar el embargo preventivo de la totalidad de las acciones del Cádiz que sean propiedad de Locos por el Balón, sociedad que posee la mayoría de los títulos del club, podría interpretarse como una piedra en el tortuoso camino que en los últimos años parece estar convirtiéndose en una autovía de varios carriles.

Con el Cádiz en el fútbol profesional, su viabilidad parece garantizada al margen de estas cuestiones extradeportivas

Sin embargo, la realidad invita a reflexionar de manera bien diferente, no en vano la decisión del embargo preventivo supone en la práctica sólo la toma de una medida cautelar para garantizar el cobro de más de un millón de euros que reclama Pina si finalmente la tesis que sostiene Vizcaíno no encuentra el necesario respaldo en una sentencia firme. No influye para nada en el funcionamiento interno y en el día a día del club.

Más allá de la generosa pretensión del empresario murciano de proteger de paso los intereses del Cádiz para que el actual mandatario no pueda enajenar las acciones, lo cierto también es que el club en Segunda vale su peso en oro y su continuidad en la categoría o el ascenso a Primera representan la garantía de estabilidad.

Obviamente, al margen de que la pelotita entre o no, cuenta igualmente, y mucho, la gestión de los máximos responsables, y en este sentido poco se puede reprochar a Vizcaíno, cabeza visible cuando se consiguió el anhelado ascenso a Segunda hace tres años.

Desde entonces, la apuesta por confeccionar plantillas competitivas pero al mismo tiempo que se revaloricen ha permitido crecer en todos los sentidos y mantener al club saneado. La gestión en la venta de futbolistas se antoja clave llegados a este punto. Pina estuvo detrás en la de Aridane, pero en las de Álvaro García, Manu Vallejo y Aitor García la responsabilidad corresponde a Vizcaíno en exclusiva. A partir de ahí, que cada cual saque sus conclusiones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios