Para no perder la costumbre, Mágico se volvió, una vez más, a hacer de rogar y tuvo esperando a los aficionados cadistas durante casi dos horas y media. El acto, que estaba programado para las siete y media de la tarde, se retrasó hasta casi las diez de la noche, cuando se destapó la nueva puerta 6 del estadio, que desde ayer lleva su nombre.
Tanto los aficionados cadistas como los representantes de las peñas esperaban en las inmediaciones del estadio la llegada de Mágico González. Repartidos ante la incógnita de saber por dónde iba a aparecer la leyenda cadista, los aficionados se distribuyeron entre la entrada de Tribuna y la puerta de acceso al estadio ubicada entre Fondo Sur y Preferencia. Peñistas procedentes de todos los ricones de España e, incluso, del extranjero. Desde la peña Malakadistas de Málaga hasta la peña de la República Checa E Checa Di Oé acudieron a la cita que les esperaba con el ídolo cadista. Sin embargo, hasta pasadas las 20:30 horas los peñistas invitados no accedieron al estadio Carranza y el plan tuvo que cambiarse por el retraso.
La planificación de los actos se tuvo que modificar debido al retraso del mago. En principio, el club tenía previsto inaugurar la puerta 'Mágico González' para más tarde realizar el encuentro con las peñas y, por último, tomar un pequeño ágape para despedir al salvadoreño. Sin embargo, el aperitivo tuvo que celebrarse antes de la inauguración de la puerta, por lo que el programa se cambió por completo. De todas formas, el tentempié finalizó y, de nuevo, el público tuvo que esperar la llegada de un jugador que, hasta su último día, se hizo esperar.
Finalmente, llegó Mágico y su aparición generó furor entre todos los cadistas que esperaban con ansia su presencia. Tras casi dos horas y media de retraso, el ídolo salvadoreño tuvo tiempo de dejar su firma al lado de su caricatura y de firmar autógrafos a los más pequeños que lograron coger sitio para estar cerca de él. Tras ello, y bajo las luces de las cámaras que le enfocaban, Mágico destapó la cortina y presentó la que, desde ayer, es la puerta que deja su imagen estampada en el estadio. Sin embargo, al ir justos, no hubo tiempo de más y tanto el centroamericano como sus acompañantes se dirigieron a la sala de prensa, donde tendría lugar el encuentro con las peñas cadistas.
Incluso hubo tiempo de que algunos aficionados increparan e insultasen al presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, una persona que, sin comerlo ni beberlo, ha pasado una auténtica odisea para poder llevar de la mejor forma posible la visita de un hombre tan icónico como imprevisible que ha hecho disfrutar a todo el cadismo pero que también ha dejado pinceladas de aquel personaje que pasó a la historia tanto por su gran calidad futbolística como por su extraña forma de ser.
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