Cádiz CF

Entre el deseo y la realidad

  • La ventaja de depender de sí mismo en la última jornada para llegar al 'play-off' contrasta con el recorrido de un equipo que atesora una sola victoria en las diez citas más recientes

Rober Correa (i), Servando y Abdullah, atentos en un lance del encuentro contra el Tenerife en presencia de dos rivales.

Rober Correa (i), Servando y Abdullah, atentos en un lance del encuentro contra el Tenerife en presencia de dos rivales. / julio gonzález

Se veía venir. El Cádiz no anda nada fino en la segunda vuelta y se ha complicado en exceso el camino para meterse en la fase de ascenso a Primera División. Llegó a tener sacado el pasaporte el pasado domingo en el estadio Carranza ante el Tenerife hasta que el doloroso gol de Malbasic en el minuto 92 inundó de silencio la grada y cambió por completo el decorado. De tenerlo hecho a ponerse muy difícil en la última jornada de LaLiga 1|2|3. Todo a una carta. Sin hacer nada del otro jueves, los gaditanos empujaron, cobraron ventaja y cuando lo tenían todo bajo control sufrieron un castigo que no merecieron. Debieron quedarse con los tres puntos, pero es como si el destino les condenase a sufrir hasta el final como penalización por el alarmante descenso de producción en una segunda vuelta teñida de tintes grisáceos. El bajón es evidente.

El milagro es que sin apenas engordar el casillero de victorias haya llegado al epílogo del campeonato con todas las posibilidades de clasificarse para las eliminatorias sin depender más que de sí mismo. Es el asidero al que se agarra con fuerza un equipo que por más que lo intenta desprende señales de haber alcanzado su límite. Demasiados puntos a la basura. En el último encuentro liguero en casa se rompió la regla no escrita de que cuando los amarillos se adelantan en el marcador no se les escapa el triunfo. No pudo llegar en el peor momento ese tanto del cuadro chicharerro que sería determinante si el Cádiz se quedase fuera de la pelea.

La sensación es que si al final consigue sacar el billete del play-off se deberá más a los errores de los rivales directos que a su propio acierto. Las derrotas del Numancia en Sevilla y el Real Oviedo en León dan aire a un Cádiz que se presenta al capítulo definitivo en el quinto escalón, el que ocupóal final de la pasada temporada. Todavía está a tiempo de repetir el éxito pero para ello tiene que dar un paso al frente, con el que amaga sin terminar de avanzar por derecho.

La diferencia con el año anterior es que entonces llegó a la última jornada con los deberes hechos y ahora no le queda otra salida que abrazar el triunfo en el campo del Granada el próximo sábado en una misión nada sencilla si se tiene en cuenta el discreto recorrido de los amarillos lejos de su feudo en la segunda vuelta, con una sola victoria, la que obtuvo en el terreno de la Cultural Leonesa fruto de un grave error defensivo que Álvaro García rentabilizó a la perfección. Casi dos meses y medio han pasado desde aquellos tres puntos de oro.

Más lejos todavía queda la firme trayectoria de la primera vuelta, cuando los de Álvaro Cervera llegaron a ganar con solvencia en Córdoba, Lugo, Gijón y Zaragoza. La realidad del presente es bien distinta, reflejada en el espejo de los números. De los 10 partidos disputados como visitante después del ecuador del torneo, el balance es de un triunfo, cuatro empates y cinco derrotas. Sólo siete puntos de 30. Y se la tiene que jugar fuera de casa. ¿Será capaz de ganar, de hacer lo que no ha hecho antes? Las cifras no invitan al optimismo pero el compromiso pendiente en Granada no es un partido más de Liga, es una final y como tal debe afrontarla un equipo que se juega la vida como foráneo después de no haber hecho la tarea al calor del hogar. No le queda otra que ir a ganar pese a todo lo que le cuesta en los tiempos más recientes. Un solo triunfo en las últimas diez jornadas -unido a dos derrotas y siete igualadas- resume la situación actual de un equipo que se ha acostumbrado a vivir a costa de no perder mientras los empates han supuesto una sangría de puntos. Sólo ha sumado diez puntos de los últimos 30. Se ha dejado en el camino dos tercios. Lo sorprendente es que aún conserve una plaza en la zona de privilegio. Los demás también flaquean y quizás también fallen el próximo sábado. Un empate en Granada, una victoria de Valladolid u Osasuna en su duelo particular y una igualada del Numancia -recibe a una Cultural Leonesa que se juega la salvación- otorgarían el pase a los amarillos.

El Cádiz es el conjunto que más equis acumula en la segunda vuelta, un total de una decena, que traducido en puntos salen diez ganados y nada menos que 20 perdidos.

La escasa cosecha lleva a los amarillos a sumar sólo 25 puntos en la segunda vuelta de los 60 ya dirimidos -un 41 por ciento-, una cifra más propia de un equipo que pelea por evitar el descenso a Segunda División B que la de uno que pretende pujar por el ascenso a la élite. Los gaditanos demuestran en los últimos meses que no tienen hechuras de equipo de Primera. Pueden competir con cualquiera, son difíciles de batir pero andan enemistados con la victoria. Viven de las rentas de la primera vuelta -39 puntos en una brillante segunda posición- pero van muy a lo justo. En una hipotética clasificación de la segunda ocuparían la 12ª posición con sólo tres puntos por encima de la zona de descenso y siete por debajo de la parte alta.

Sólo hay un equipo que ha ganado menos partidos que el Cádiz en la segunda etapa del curso: el descendido Lorca, con sólo tres victorias. El conjunto de Cervera forma parte de la nómina de conjuntos que, después del murciano, acredita menos triunfos una vez superado el ecuador de la Liga: sólo cinco -ante el Córdoba, Oviedo, Sevilla Atlético, Cultural y Zaragoza- en 20 partidos, es decir un 25 por ciento. Esas cinco victorias contrastan con las 14 del Zaragoza -casi el triple-, las 13 del Sporting, las 12 del Rayo Vallecano, las diez del Valladolid, Huesca y Córdoba o las ocho del Osasuna y el Tenerife.

La trayectoria más cercana dibujan un panorama de elevada complicación, pero el Cádiz se aferra a que nadie se puede interponer en su camino si se lleva los tres puntos de Los Cármenes. La cuestión es cómo dar con la tecla para retomar de manera urgente la senda ganadora y además lejos de su estadio. Nunca había tenido la obligación de vencer como visitante hasta ahora, en la última página de una Liga que se le está haciendo muy larga. Pese a todo, aún es posible sacar un sobresaliente si saca un diez en el último examen.

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