Cádiz CF

El desafío sube de nivel

  • El conjunto amarillo busca tres puntos de oro en Madrid en un duelo por el ascenso directo contra un adversario en forma

  • Cervera prescinde de los laterales izquierdos

El Cádiz afronta una nueva final por el ascenso a Primera División. No es favorito pero ahí está en la pelea como uno más. Todos los partidos son finales hasta el final del torneo de la regularidad, pero cuando enfrente se pone un contrincante con las mismas aspiraciones, la relevancia es aún mayor. Si el pasado lunes salvó un punto (1-1) con sufrimiento en casa frente a un Huesca superior que salió del estadio Carranza con el liderato bajo el brazo, hoy le toca otro duro examen, esta vez como visitante de Vallecas para enfrentarse al Rayo, uno de los máximos candidatos a dar el salto a la élite que además disfruta de un excelente estado que sufrió un paréntesis con el revés (1-0) que se llevó en El Molinón contra el Sporting de Gijón pasado fin de semana ante el rival más forma de LaLiga 1|2|3. Es la única derrota del cuadro rayista en once capítulos de la segunda vuelta.

El choque de la 33ª jornada, fijado a partir de las seis de la tarde del Domingo de Resurrección -ofrecido en directo por televisión a través de Movistar Partidazo y los demás canales habituales de pago-, sirve para calibrar las opciones de un equipo amarillo que libra un duelo por la segunda plaza -de ascenso directo- contra la escuadra madrileña, con permiso del Sporting. El conjunto local parte desde la segunda posición con 57 puntos frente a los 55 de los gaditanos -cuartos-, que adelantarán en la tabla a su adversario si son capaces de dar la campanada con una victoria que les colocaría en una situación inmejorable para mantenerse en la ilusionante batalla por la gloriosa recompensa. El desafío es mayúsculo ante uno de los rivales más poderosos que además se hace aún más fuerte en su feudo. Si el Cádiz sueña con hacer algo grande, hoy es el día indicado para dar un golpe de autoridad.

Si la misión de ganar en territorio vallecano es harto complicada -pero no imposible-, más todavía con las ausencias de peso con las que se presentan los visitantes en la capital de España. Se quedó en casa el sancionado Ivan Kecojevic -por acumulación de cinco cartulinas amarillas-, el único defensa que había quedado intacto de los movimientos que Álvaro Cervera había practicado en la zaga en los últimos tiempos. Tampoco formó parte de la expedición Salvi, uno de los fijos en las alineaciones. El sanluqueño no se sobrepuso de las molestias musculares que le obligaron a retirarse minutos después del comienzo de la segunda parte del encuentro contra el cuadro oscense. Alberto Perea no se recuperó de la sobrecarga que padeció en el mismo partido aunque en su caso el equipo está acostumbrado a desenvolverse sin él debido a la mala suerte que le persigue desde el prólogo de la temporada con continuos problemas físicos.

Las modificaciones en la convocatoria estaban cantadas, hasta cinco, pero hubo una sorpresa mayúscula. El preparador cadista volvió a prescindir de los laterales izquierdos cuando parecía que ya había dejado atrás los experimentos. No se llevó ni a Lucas Bijker ni a Brian y sí incluyó en la lista a Mikel Villanueva, inquilino del costado izquierdo de la zaga en los duelos no lejanos contra el Lorca y el Osasuna. La apuesta por el central como lateral no cumplió la expectativas, como reconoció el propio entrenador, de manera que a tenor de las palabras del técnico en principio no sería el venezolano sino Servando o algunos de los carrileros diestros el que se ubicaría en ese lado.

Las otras cuatro novedades en la expedición fueron Javier Carpio, Fausto Tienza, Aitor García y Nico Hidalgo, que se unieron a Alberto Cifuentes, Rubén Yáñez, Rober Correa, Servando, Marcos Mauro, Jon Ander Garrido, Álex Fernández, Rafidine Abdullah, Eugeni Valderrama, Álvaro García, David Barral, José Ángel Carrillo y Jona Mejía.

El hueco que deja Kecojevic será a priori para Marcos Mauro, aunque la mayor incógnita surge en quién será el inquilino que se hará cargo de la banda derecha. El míster dispone de múltiples combinaciones -Moha, Nico Hidalgo, Aitor…- para encarar un duelo en el que la otra novedad puede ser la vuelta a la apuesta por el trivote, que había quedado atrás en los compromisos más recientes. En ese caso, el acompañante de Garrido y Álex sería Eugeni -el catalán cuajó una notable actuación ante el Huesca- o Abdullah.

Los amarillos pisan el césped de Vallecas sin la presión que sí tienen los anfitriones. Los dos están metidos en la puja por el ascenso, los visitantes como premio a la temprana consecución del objetivo de la permanencia y los locales como obligación por el potencial de su plantilla. Los madrileños tienen un tope salarial de 8,3 millones de euros por los 6,2 millones de la entidad cadista. Los gaditanos quieren huir de una presión que se vuelve inevitable cuando uno se mueve en las alturas. Cervera explicaba después del empate frente al Huesca, al ser preguntado por el ascenso, que el objetivo era competir. Con esa idea llega a Madrid el Cádiz. Va a por todas sin mirar más allá. Pretende explorar sus límites. Hay equipos que son mejores -como demostró el Huesca- pero el conjunto de Cervera se caracteriza por un espíritu de lucha inagotable que le permite codearse con cualquier oponente.

Además de los tres puntos y el segundo escalón de la tabla, también está en juego el goal average particular entre los dos equipos. En la primera vuelta empataron a cero en el Carranza. El que gane esta tarde dispondrá de ese plus añadido que cobra importancia en la recta final de una Liga dominada por la dictadura de la igualdad. Los amarillos acuden con el reto de vencer aunque pocos pueden discutir que la dificultad es máxima. Si el triunfo no fuera posible, un empate no sería un mal resultado en el campo de un rival que está en forma. Un punto valdría para conyinuar cerca del Rayo en la clasificación con nueve jornadas por delante y todo por decidir.

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