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El conjunto amarillo se convierte en el rival a batir

  • El equipo de Álvaro Cervera es el único de LaLiga 1|2|3 que no ha perdido un partido en los últimos dos meses y acumula ya ocho jornadas consecutivas sin conocer la derrota

Los jugadores del Cádiz saludan a la afición tras una de las últimas victorias en el estadio Carranza.

Los jugadores del Cádiz saludan a la afición tras una de las últimas victorias en el estadio Carranza. / julio gonzález

El Cádiz pone una velocidad de crucero que pocos resisten a estas alturas de la temporada, en las proximidades del ecuador, con más de medio camino todavía por delante y por lo tanto con todo por decidir. La marcha imparableen noviembre y diciembre le lleva a adelantar los deberes, que tiene cerca de completar como un alumno aplicado. Suma 35 puntos y sólo le restan 15 para olvidarse del objetivo de la permanencia y poder pensar de verdad en retos más ambiciosos, a la altura de su actual ubicación en la tabla. El desarrollo de la competición en los próximos dos o tres meses determinará si está en disposición de formar parte del grupo que librará la dura batalla por el ascenso, ya sea directo o a través de un play-off que ya conoce del año anterior. Pero una cosa es el futuro, que nadie conoce, y otra es el presente y ahora, a día de hoy, si hay un referente en la categoría de plata, ese es el Cádiz.

Cuando el conjunto amarillo pise el césped del estadio Heliodoro Rodríguez López el próximo jueves, se cumplirán exactamente dos meses de la última derrota liguera, la que sufrió en El Alcoraz frente al Huesca por un ajustado 1-0 cuando todavía navegaba entre dudas. Sucedió 21 de octubre y desde entonces son ocho los partidos consecutivos sin perder: empate a cero contra el Rayo Vallecano y después siete victorias enlazadas en una racha que aún no tiene fecha de caducidad. ¿Hasta cuándo será capaz de aguantar sin perder? ¿Llegará a las vacaciones de Navidad en la actual posición de privilegio?

Si los amarillos logran puntuar en Canarias en el último compromiso oficial de 2017, igualarán la dinámica de partidos seguidos sin perder en Segunda A conseguida en la temporada 2004/05, la del último ascenso a la élite del fútbol español, de la mano de Víctor Espárrago. Aquella exitosa campaña, el Cádiz vivió dos excelentes rachas de nueve encuentros sin derrota que le sirvieron de impulso. La primera, desde la 11ª hasta la 19ª jornada. La segunda, entre el 29º y el 38º capítulo. En cualquier caso, todavía queda un poco lejos el récord de envites seguidos sin perder en la división de plata -a cinco duelos-, que data de la andadura 1984/85, con la meritoria cifra de 13 citas unidas sin mácula del cuarto al 16º episodio. Fue la base sobre la que se cimentó un celebrado ascenso a Primera bajo la batuta de Benito Joanet.

En el curso 1970/71, con León Lasa en el banquillo, las jornadas concatenadas sin varapalo de los gaditanos llegaron a las 11 aunque en aquella ocasión no hubo ascenso -puesto 12º-. Sí subió a Primera en la temporada 1982/83, con Dragoljub Milosevic como técnico, en la que de nuevo hilvanó hasta 11 duelos sin decepciones desde la 17ª a la 27ª jornada.

Antes, en la temporada 1980/81, en la que encadenó las últimas nueve jornadas sin derrota, incluido aquel inolvidable triunfo (1-2) en Elche, el Cádiz también escaló a la máxima división también con Milosevic como responsable dl vestuario.

Los de Cervera van de menos a más en la 2017/18 e imprimen un ritmo de vértigo difícil de seguir. Es el único equipo de la categoría de plata que no conoce la derrota en los últimos 60 días, en los que sólo ha recibido un gol, el de Marc Cardona para el Barcelona B el pasado viernes. Ese tanto, convertido en una mera anécdota, no derrumba la consistencia de un equipo que continúa como el menos goleado de Segunda División A gracias a un sistema defensivo en el que se implican todos los jugadores. Es una obligación que asumen, se entregan al cien por cien y los resultados no pueden ser mejores. Sólo 11 dianas en contra en 19 jornadas -0,5 por partido- son la consecuencia de la aplicación a rajatabla de la filosofía de la defensa como punto de partida. La fórmula no es vistosa pero sí práctica.

Si además de desplegar una muralla con material sólido acierta en el remate, los triunfos se suceden uno tras otro. Les costaba a los de Cervera ver puerta hasta que dieron con tecla. Y es que 14 de los 21 goles que acredita los marcaron en los últimos siete partidos, una señal diáfana del paso al frente que los amarillos dan en ataque en los últimos tiempos.

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