El director deportivo, Óscar Arias, ya empieza a tomar decisiones para perfilar la estructura de su departamento, del que se hizo cargo el pasado 9 de septiembre después de la destitución de Juan Carlos Cordero.

La medida más llamativa ha sido la contratación de Sergio Sánchez para reforzar el centro de la defensa, pero hay otras que ya está adoptando a cabo a nivel interno sin la repercusión mediática que supone el fichaje de un futbolista. De hecho, el Cádiz ha prescindido de dos ojeadores que llegaron al club de la mano de Quique Pina y Juan Carlos Cordero. Se trata de Álvaro Gaona y Santos Olmos, este último conocido en el mundo del fútbol como Fari.

Gaona ejercía labores de scouting en las zona centro y norte de España, mientras que Olmo se encargaba del Levante. Ya han dejado de pertenecer a la entidad cadista.

Arias quiere rodearse de gente de su plena confianza y ello conlleva decisiones como la marcha de empleados y la próxima llegada de otros que se integrarán en la secretaría técnica. Poco a poco va definiendo su equipo de trabajo.

Entre los movimientos que se suceden en las últimas semanas destaca la mayor presencia de Enrique Ortiz en la Ciudad Deportiva de El Rosal. El ex jugador del conjunto amarillo se integró en el club como secretario técnico tras la marcha de Jorge Cordero en septiembre de 2015.

Con la llegada de Pina y Juan Carlos Cordero al Cádiz en el verano de 2016, Enrique pasó a ejercer otras funciones y ahora su situación ha cambiado con el aterrizaje de Arias.

El extremeño se ha ganado la confianza del nuevo director deportivo y ahora tiene más peso. Conoce de sobra la categoría de plata, en la que desarrolló buena parte de su carrera como futbolista.