LUGO | cádiz

Las dos caras de la moneda

  • Los gaditanos perdieron hace cinco temporadas en el Ángel Carro en la fase de ascenso a Segunda A y ganaron el pasado año para coger impulso

Álvaro García celebra el gol de la victoria del Cádiz en Lugo la pasada temporada.

Álvaro García celebra el gol de la victoria del Cádiz en Lugo la pasada temporada. / lof

El Cádiz pisa hoy por tercera vez el campo del Lugo. Lo ha visitado dos veces con desenlaces contrapuestos. Allí ha vivido la parte amarga del fútbol pero también ha sonreído. Puro contraste.

La primera vez que el equipo amarillo pisó el Ángel Carro fue para disputar el partido de ida de la tercera y definitiva ronda por el ascenso a Segunda División A en la temporada 2011/12. No cuajó una buena actuación el conjunto entrenado entonces por Jose González, que perdió 3-1 pero no tanto por su discreto encuentro sino por el polémico arbitraje de Hernández Cifuentes, que concedió tres goles ilegales al Lugo -dos en posición de fuera de juego y otro por una clara falta previa sobre Juan Góngora- y con el 3-1 que reinó en el marcador -Óscar Pérez marcó por los gaditanos- puso cuesta arriba la eliminatoria, que en el choque vuelta se decantó del lado de los gallegos en la fatídica tanda de penaltis.

El Cádiz sufrió entonces uno de los arbitrajes más escandalosos en la historia reciente del fútbol que a la postre supuso un retraso de cuatro años en el regreso a la categoría de plata, conseguido en el curso 2015/16 en el Rico Pérez de Alicante.

Una vez que el equipo amarillo logró el anhelado retorno a Segunda División A -después de seis largas campañas de ausencia-, gaditanos y lucenses volvieron a encontrarse en una cita oficial cuatro años y cuatro meses después de aquella traumática experiencia.

El Cádiz comparecía a finales de octubre de 2016 en el papel de visitante en la 12ª jornada de Liga con el agua al cuello, ubicado en zona de descenso y con Álvaro Cervera en la picota arrastrado por un balance de cinco partidos consecutivos sin saborear el triunfo (tres puntos sumados de los últimos 15 fruto de dos derrotas y un trío de empates). Con semejante dinámica negativa, el técnico se jugaba su continuidad en Lugo y allí, en el Ángel Carro, con la máxima presión, fue donde el Cádiz empezó a tomar el impulso que le acabaría conduciendo del sótano de la clasificación gasta la planta noble en poco más de un mes.

El conjunto amarillo, vestido entero de verde aquell tarde en tierras gallegas, salió reforzado con una victoria por la mínima que supuso el principio del éxito. Un tanto anotado por Álvaro García mediada la segunda parte valieron algo más que tres puntos. Fue el salto definitivo de un equipo que desde entonces creyó que podía hacer algo grande y al final estuvo peleando por el ascenso a Primera.

Aquel tanto no fue un gol cualquiera. Acaparó los focos mdiáticos a nivel nacional porque antes de la perfecta definición del utrerano Dani Güiza se inventó un fantástico pase de tacón marca de la casa. Todo calidad. El jerezano había recibido el balón de Nico Hidalgo, que se lo acababa de birlar a un contrario, y antes de que le llegara a sus botas ya sabía lo que iba a hacer. Tal y como recibió el cuero lo sirvió con ese genial pase a Álvaro, que hizo el resto para poner el 0-1 que se traducía en la primera victoria a domicilio del Cádiz en su vuelta a la división de plata.

Los de Cervera salían de tierras gallegas con una sonrisa de oreja a oreja que cambió el rumbo. En Lugo empezó todo la pasada temporada. Esa sonrisa es la que pretenden reproducir el sábado a partir de las cuatro de la tarde, ya sin la fantasía de Güiza y con la ausencia puntual de Álvaro García. Juegue quien juegue, en el pecho lucirá el escudo del Cádiz.

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