El cadismo se ha convertido de un tiempo a esta parte en una modalidad de la locura y una buena muestra de ello se vivió ayer en los aledaños del Ramón de Carranza, más en concreto en la zona cercana a las puertas de la tienda oficial del Cádiz CF.

Los aficionados se dieron cita en un elevado número, lo que propició que se formaran unas colas más que apreciables con un doble objetivo entre sus integrantes. Unos querían ser de los primeros en comprar alguna de las camisetas que vestirán los jugadores del equipo de sus amores la próxima temporada. Otros se conformaban con recibir fotos con los autógrafos de José Mari, Servando y Salvi, los tres jugadores comprovincianos que fueron utilizados de modelos en esta oportunidad. El roteño se enfundó la segunda camiseta (azul con franja diagonal amarilla), el isleño vistió la primera (la amarilla de toda la vida, con diseño superclásico) y el sanluqueño se tuvo que conformar con la tercera (rosa).

Las dos primeras habían sido dadas a conocer en los primeros minutos de la madrugada anterior, pero quedaba la incógnita de la tercera. Cuando se desveló, el color rosa despertó la polémica de inmediato y provocó frases que se pueden explicar con una expresión genuinamente taurina. Hubo división de opiniones, aunque en realidad los compradores de la tercera brillaron por su ausencia. La reina del mediodía fue la segunda, azul con franja amarilla a lo Rayo Vallecano, pues en el capítulo de ventas le pegó una gran paliza a las otras dos.

La primera remesa llegada desde Adidas consistió en 1.500 camisetas amarillas, 800 azules con franja amarilla y 500 rosas. Para los menos impacientes, llegará otra entrega en breve.