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¡Qué bofetada diste, Diego!

  • Revolución Carranza vibra con Tristán, que se reivindica con un gol y una actuación soberbia después de ser descartado para ir a Vigo Fiesta La afición, feliz por el triunfo, despide al equipo con una ovación

"Donde las dan, las toman. Quien la hace, la paga. Con la medida que mides te han de medir". Cualquiera de estos refranes se ajusta a lo que sucedió ayer en el Ramón de Carranza, en el momento en el que apareció por el césped Diego Tristán. El equipo le necesitaba ayer, también la semana anterior en Vigo, y la grada, igual. Fue la revolución, y el graderío lo entendió con un griterío espectacular. Ayer, más que nunca, Tristán fue sinónimo de reacción, clase, definición..., en definitiva: victoria. Que así sea ahora y siempre.

Llenar Carranza esta temporada está siendo más complicado que ver derribada la grada de Tribuna, mientras Muñoz y Pinero (Gol 3000) se fotografían dándose un apretón de mano ante los escombros. Por cierto, curiosa una lona de Fondo Sur que recogía: "Frente Derribo. Enrique regate". La gente arrima el hombro, acude a animar con papelillos y cánticos -especialmente la zona de Brigadas Amarillas, que fueron líderes en cuanto a no perder la esperanza-, y a hacer valer el "vamos campeón". Hay otras formas de motivar al equipo, lo que se demostró con una pancarta de Fondo Norte en la que se podía leer "Echadle", apareciendo justo debajo de esta palabra el dibujo de unos huevos. Cuestión de criterios.

Carranza presentaba otra luz más allá de la de un cielo despejado a pesar del paso de nubes amenazantes en forma de descenso, ya que encima de ambos fondos se estrenaba la iluminación artificial. Una gran forma de ver la luz en una temporada muy oscura.

Cambiando de tercio, en las nuevas cabinas para la prensa el calor y el sol que pega de frente son un serio problema. Vaya mi reconocimiento para los miles de cadistas que llevan años en esa grada. En su interior fue comentado que en la alineación oficial apareciera Cádiz-Girona (¿...?), pues el error trajo suerte. La misma que González Cabaña, que dijo la semana pasada que en dos jornadas el equipo salía del descenso. Pleno.

La gente agradeció que la lógica y la coherencia que esta temporada están lejos del banquillo del Cádiz aparecieran tras el descanso: Tristán entró en lugar de un nefasto Ramis. Y a partir de ahí cambió la suerte amarilla, que el otro jugador con más clase del once de ayer, Ogbeche, entendió como nadie. El de La Algaba y el nigeriano, mezcla extraña pero letal, formaron el taco mientras el sevillano daba guiños a Balaídos en forma de buen criterio, pases y un gol de cabeza con todas las de la ley. ¡Toma bofetada! ¿Vigo? Conoce bien Galicia, sobre todo La Coruña. Buena conexión Ogbeche-Tristán, patrocinada por Telefónica, que al término del encuentro regaló cientos de balones en Carranza.

La grada muere con los mejores -al menos, con los que lo hacen bonito y bien-, aunque hay otros que también matan, pero de otra forma. Y Tristán fue ayer José Tomás, el Torero de Madrid. Galapagar y La Algaba se dieron la mano. Donde las dan, las toman.

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