El presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, apenas se ha pronunciado sobre los últimos acontecimientos institucionales que cada vez le colocan en una situación más difícil. El 'caso Doyen', que aprieta al máximo mandatario, tuvo ayer una reacción por su parte a través de un comunicado.

En el escrito, Vizcaíno realiza un enfoque exclusivo de la parte deportiva de la entidad para decir que "estamos centrados en el Melilla, pensamos en el Melilla y sólo en el Melilla". Huye de valoraciones de los temas de mayor actualidad, los líos institucionales y económicos, que siguen siendo los que acaparan casi toda la atención hasta ensombrecer incluso la victoria en el campo del líder. Según argumenta el presidente, estas informaciones "sólo vienen a enturbiar el clima de estabilidad que estamos intentando crear para que las cosas funcionen en lo deportivo y se acabe consiguiendo el objetivo".

El dirigente sevillano insiste en que "Locos por el Balón es Locos por el Balón, y el Cádiz Club de Fútbol no tiene influencia directa en las decisiones que se tomen en el ámbito de una entidad privada". En lo poco que se refiere a asuntos de índole económico, Vizcaíno trata de sacar pecho apuntado que "por primera vez desde hace muchos años, el club está al día en sus nóminas, al día con Seguridad Social y Hacienda, y cumple escrupulosamente con todos los pagos previstos". "Y así será hasta final de temporada", apostilla. Lamenta que "se sigan atendiendo a los intereses unipersonales de personas que sólo buscan su interés particular para hacer daño al club" y que "ahora que se ha conseguido una victoria tan importante en Murcia, en vez de ayudar para conseguir el objetivo, se ponen piedras en el camino para que el clima y la presión puedan llegar a ser insoportables".