La tensión se pudo cortar de nuevo ayer con un cuchillo en la zona del palco de autoridades del Ramón de Carranza. Manuel Vizcaíno y Quique Pina, el presidente y el consejero delegado, a pocos metros uno de otro después de que el murciano le atizara con fuerza en el acto de la ampliación de contrato de Álvaro Cervera. Los dos máximos dirigentes de la entidad cadista son, ahora mismo, enemigos irreconciliables que, a pesar de todo, tienen que compartir muchas cosas con el equipo amarillo de por medio. Pina, siempre junto a su mano derecha, Juan Carlos Cordero, esperaba el inicio mientras Vizcaíno bajaba por la escalera hasta su lugar como no queriendo ver lo que pasa a su alrededor.