Tarde fría, muy fría, la que tuvo que soportar ayer una afición que iba camino de quedarse helada ante la incapacidad mostrada por su equipo para conseguir derrotar a un adversario directo en la dramática batalla por la permanencia.

El personal se las tuvo que apañar como buenamente pudo para guarecerse del molesto y gélido viento y no desesperarse con lo que vio sobre el terreno de juego. Soportó bajas temperaturas para dar calor a su equipo en un momento delicado del curso en el que la victoria era más que necesaria. El sufrimiento encontró premio y los seguidores batieron palmas cuando Josete marcó el gol cuando el partido enfilaba el tramo definitivo.

La hinchada cadista tiene un valor incalculable. En lugar de pagar por acudir al estadio, tendría que cobrar. Aguanta lo que haga falta con tal de apoyar a los suyos. Aplaude a la más mínima en una clara señal de fidelidad, pero tampoco es tonta y aprieta cuando comprueba que el equipo no lo da todo. El cántico échale huevos brotó en más de una ocasión desde la grada en modo arenga. Aquí no se permite un minuto de relax dada la situación de un equipo que lucha por no bajar, es decir, por no desaparecer.

Entre el público no faltaron caras conocidas, como la del excadista Chico, que ahora disfruta de su aventura en la Premier League en las filas del Swansea y ayer estuvo en un palco del Carranza. El central sufrió como un aficionado más, pero tuvo la suerte de ver ganar al equipo que le vio crecer.