El desfase entre ingresos y gastos ha sido mucho más importante en los dos últimos ejercicios económicos, en los que no se han producido ingresos extraordinarios que pudieran haber compensado la fallida previsión presupuestaria de los ingresos ordinarios. Así lo reflejan los administradores concursales en el informe definitivo sobre la situación del Cádiz al que ha tenido acceso este periódico.

Esas dos campañas a la que se refieren (2012/13 y 2013/14) era Sinergy el que estaba al frente del club, pero su falta de compromiso queda de manifiesto con el rastro desolador que deja tras su oscuro paso por el Cádiz. Un boquete de casi 584.000 euros en la 2012/13 -la primera tras comprarle las acciones a Antonio Muñoz- y otro mayor de cerca de 950.000 en la siguiente antes de perder la titularidad de las acciones al no pagar el segundo plazo al empresario cordobés. En total, un agujero de más de 1,5 millones, y eso que siempre alardeaban de que el dinero nunca sería problema. Y no lo fue porque nunca lo hubo.

Sinergy no sale bien parado en el informe entregado por los concursales a la titular del Juzgado de lo Mercantil.

De hecho, los administradores hacen constar en su informe los incumplimientos de la anterior dueño. Dicen los administradores que para restablecer el equilibrio presupuestario exigieron al titular del paquete mayoritario de acciones (Sinergy) la aportación de recursos para financiar el déficit, fundamental de la temporada 2012/13, y al mismo exigir garantías de cumplimiento del presupuesto para el ejercicio actual.

Los administradores aseguran en su informe que Sinergy y Regent Sports efectuaron una serie de aportaciones económicas "que han resultado insuficientes, asumiendo compromisos de soporte financiero y cobertura de déficit hasta la fecha incumplidos".

Reflejan también los administradores que han llegado a rechazar el presupuesto de la actual temporada "por entender que había sido confeccionado sin atender a criterios de prudencia, contemplando una previsión de ingresos que carecía de soporta alguno, más allá de meras expectativas que no se han cumplido". Otra de las herencias que deja Sinergy.

Los administradores advierten de que las soluciones para atender los créditos contra la masa pendientes de pago y resolver el déficit presupuestario "deberán ser aportadas de inmediato so pena de comprometer la continuación de la actividad"

Los administradores concursales reflejan además en el informe definitivo que en Segunda B "los ingresos ordinarios son insuficientes para cubrir los gastos ordinarios que genera la estructura actual del club, que prácticamente es la misma que mantenía cuando militaba en categorías superiores".

Así, señalan que después de casi cuatro ejercicios económicos completos en Segunda B "el club no ha sido capaz de reducir sus gasto de estructura en cuantía suficiente para acomodarlos a la realidad de los ingresos, manteniendo una costos infraestructura tanto a nivel de instalaciones, como de los numerosos equipos en distintas categorías, así como un elevado número de empleados, una plantilla muy profesionalizada, jugadores y cuerpo técnico con retribuciones muy superiores a la media de la categoría; todo ello difícilmente sostenible con los ingresos regulares de cada ejercicio.