La segunda sesión preparatoria de la semana en el Ramón de Carranza ha vuelto a dejar sensaciones favorables en el primer equipo del Cádiz CF. En la recta final para el regreso de la competición en Segunda A, el conjunto gaditano se acopla a la nueva realidad de su coliseo, su campo de siempre pero sin espectadores.

En la jornada de este sábado, Álvaro Cervera llevó a cabo un entrenamiento con el balón como protagonista pero con una pauta muy clara porque se celebró un partidillo. Un paso adelante muy necesaria en una pretemporada tan atípica en la que, entre otras carencias, no hay lugar a partidos amistosos debido a la imposibilidad de contar con conjuntos cercanos o de la propia cantera. El protocolo sanitario impide compartir campo con futbolistas que no han pasado los exigentes controles médicos.

Sobre el césped del Carranza el técnico dispuso dos equipos en los que se pudo ver algunas de sus intenciones ante la reanudación de la Liga con el Cádiz-Rayo Vallecano del próximo domingo. Hay aspectos que no han cambiado.

Pero por encima de elección de jugadores, de estrategia y de perfeccionar la labor defensiva que tanto prepara de manera insistente Cervera, se valoró la adaptación al estadio con una temperatura elevada, pillar de nuevo sus dimensiones casi olvidadas tras tantas semanas sin pisarlo y acostumbrarse a unas gradas vacías que serán la nueva imagen del balompié con motivo del coronavirus.

Los futbolistas del Cádiz agradecen entrenar en el escenario de los partidos porque, de alguna manera, les acerca algo más a la normalidad que tanto precisan para que el equipo esté lo mejor preparado posible para competir. A lo largo de la próxima semana de nuevo habrá alguna sesión en el campo de la capital.

La plantilla cadista tiene mañana domingo y el lunes dos días de descanso, por lo que será el martes cuando regrese al trabajo con la mente puesta en el reestreno liguero del domingo contra el conjunto rayista. Será el inicio a las once jornadas que faltan en Segunda A.