El compromiso contra el San Roque de Lepe no es un partido cualquiera. El Cádiz se medirá en casa el próximo sábado (cinco de la tarde) a un rival directo que ha ido creciendo hasta situarse en la cuarta posición.

El conjunto lepero llegará al estadio Carranza en su mejor momento del curso. Se ha metido en los puestos de fase de ascenso justo antes de visitar a un equipo amarillo que está más cerca que nunca del liderato, a un punto del Betis B.

No será nada fácil para el Cádiz superar a un San Roque de Lepe al alza. Basta con recordar los antecedentes de la campaña anterior para tomar conciencia de la dificultad. La escuadra onubense amargó dos tardes al conjunto amarillo, tanto en la ida como en la vuelta, tanto a Risto Vidakovic como a Jose González. Entrenado entonces por Sergio Lobera, los leperos se impusieron en la ida por la mínima a un pésimo Cádiz que ya destilaba síntomas preocupantes de irregularidad. Una vuelta más tarde, ya con Jose en el banquillo, el equipo de la provincia de Huelva tomaba el estadio Carranza (0-2) con una lección de juego que dejó a los locales en paños menores.

El San Roque pujó por la fase de ascenso y peleó codo a codo con el Cádiz por estar entre los elegidos, aunque se desinfló en las últimas jornadas y dejó el camino despejado a los amarillos, que después cayeron a las primeras de cambio en la eliminatoria contra el Mirandés.

El equipo lepero se ha reinventado esta temporada para mantenerse un año más en la zona noble. Dirigido por Luis García Tevenet y con una plantilla renovada, llama la atención sus sobresalientes números en las labores defensivas: sólo ha recibido diez goles en dieciséis encuentros del campeonato liguero, es decir, es el mejor equipo del grupo IV en este aspecto (el Cádiz lleva trece dianas en contra).

Así, en el estadio Carranza se verán las caras el sábado el conjunto más goleador de la categoría y el segundo menos goleado de Segunda B, sólo por detrás del Mirandés, que con sólo seis es el que mejor guarda su portería.